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Carta Pastoral con ocasión del Jubileo Arquidiocesano en el Centenario de la Creación de la Diócesis de Corrientes 1910-2010

A los Presbíteros y Diáconos, Religiosos y Religiosas, y Fieles laicos
1. El tiempo de Adviento nos preparó para la visita de Dios: “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14). Por eso la Iglesia se alegra inmensamente y canta con los ángeles: “¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra, paz a los hombres amados por él!” (Lc 2,14). Esa alegría se dilata en nuestra Iglesia, porque la visita de Dios se prolongará en ella durante todo el año Jubilar Arquidiocesano, cuya apertura solemne iniciaremos el 3 de febrero, junto al histórico monumento de la Columna que representa la Cruz de los Milagros, situada en la bajada del Puente General Belgrano.
2. Hace tres años empezamos a preparar el Centenario de la creación de la Diócesis de Corrientes. Entonces se nos invitó a mirar los “dos amores” que nos acompañaron desde los primeros tiempos de la evangelización: la Cruz de los Milagros y la Tierna Madre de Itatí. Promediando el tercer año de preparación, en la explanada de la Basílica de Itatí, anunciamos la Visita de la Cruz y de la Virgen a las instituciones civiles y a los hogares, visita que culminará el 16 de julio del año 2010, ya en pleno Jubileo Arquidiocesano. Esta Visita nos pone en clima espiritual de jubileo y nos hace exclamar: “Bendito sea Dios que ha visitado y redimido a su pueblo” (cf. Lc 1,68).
Dios, que es Santo, visita a su Iglesia para atraerla más hacia sí y hacerla más
santa. Para eso, le coloca delante de sus ojos la Cruz de Jesús y la ternura de su Madre, para que contemplando esos dos amores, la Iglesia de Corrientes se sienta confirmada y revitalizada por la novedad del Evangelio, profundamente arraigada en nuestra historia (cf. Aparecida, 11).
3. El primer obispo de Corrientes, Mons. Luis María Niella, escribía al Papa
Benedicto XV en el año 1918, solicitándole que declarara Patrona y Protectora de la Diócesis a la Virgen de Itatí. En esa carta le decía que “Esta provincia argentina, fundada por la Virjen i por el famoso portento de la Sma. Cruz de los Milagros, titular de Nuestra Santa Iglesia Catedral, parece haber sido destinada por la Divina Providencia a grandes cosas. Por lo menos Dios la ha visitado con particular misericordia, colocando en su seno dos santuarios como un aliciente para la virtud i como un refujio para la hora del peligro”. Contemplando con ojos de fe los acontecimientos de los últimos tiempos, nos conmueve profundamente la vigencia profética que tienen esas palabras: Dios quiere seguir visitando “con particular misericordia” las instituciones, las familias y los corazones de todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que habitan en las benditas tierras de esta provincia argentina fundada por la Virgen i por
el famoso portento de la Sma. Cruz de los Milagros.
4. Para el sentir de nuestra gente, una visita es siempre motivo de alegría, de esmerada preparación y de cálida acogida. Con ese espíritu de “visitar y ser visitado”, quisiera compartir con ustedes, en primer lugar, el jubileo como experiencia de alegría que provoca la visita del Señor. En segundo lugar, aquel que se “deja visitar”, abre las puertas de su casa y de su corazón, y se dispone para el encuentro. En ese sentido, el jubileo es tiempo de reconciliación con Dios y con los hermanos. En tercer lugar, la visita acerca a las personas, las hace más amigas y las convoca a celebrar el encuentro.
Esto nos lleva a pensar el jubileo como un acontecimiento eminentemente
eucarístico. Y en cuarto lugar, la alegría y el encuentro de los creyentes en Jesús se transforman en misión, en deseo intenso de hacer participar a muchos en la fiesta del encuentro y convocarlos a construir juntos una convivencia justa y fraterna para todos......(continúa)
BAJAR TEXTO COMPLETO EN http://www.arzcorrientes.com.ar/videos/2009-12-26-24677.pdf

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