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El padre Horacio Da Silva asumió como Rector del Seminario Menor “Nuestra Señora de Itatí”

El padre Horacio Da Silva asumió el lunes pasado como nuevo Rector del Seminario Menor Arquidiocesano “Nuestra Señora de Itatí”. Durante una santa Misa presidida por el Arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, el padre Da Silva realizó su Profesión de Fe y Juramento de Fidelidad, asumiendo luego como el nuevo responsable del Seminario.

Monseñor Stanovnik resaltó en su Homilía la labor hasta el momento desarrollada por el padre Patricio Puigbó, quien ahora es párroco de “Santa Ana de los Guácaras”.

“Muchas gracias padre Patricio –dijo- por el tiempo, la solicitud y el desvelo que dedicaste todo este tiempo al Seminario Menor y por supuesto también al Colegio que funciona aquí en este espacio. Te lo queremos agradecer especialmente. Si bien yo no conocí este Seminario antes vi fotos, y en ellas pude ver lo que era y la transformación que ha sufrido en estos últimos años en la parte edilicia, incluyendo este espacio sagrado que es la Capilla. Muchas gracias porque eso significó esfuerzo, imaginación, búsqueda de solidaridad y colaboración de muchos”.



Importancia

Monseñor destacó luego la importancia del Seminario Menor para la vida de la Iglesia, ya que ellos brindan la posibilidad de acompañamiento y discernimiento de la vocación en edades tempranas, donde, según la larga experiencia, la vocación sacerdotal se manifiesta.

“La vocación sacerdotal tiene manifestación en los años de la preadolescencia y en los primerísimos años de la juventud, incluso en aquellos que descubren su vocación sacerdotal en años más tardíos cuando vuelven hacia atrás descubren sus primeras manifestaciones en una edad mas temprana, y que no pueden concretar por diversas circunstancias”.

“Para mí es particularmente grato presidir esta celebración en el seminario Menor porque a mi me toco en gracia vivir la experiencia de uno. Cuando me encuentro con mis compañeros del Seminario Menor, aún con aquellos que no siguieron el camino hacia la vida sacerdotal, recordamos esos años con un sentimiento profundo de gratitud hacia Dios por haber pasado la adolescencia en el Seminario. Ingresé al Seminario con 12 años, y después continué el camino hacia la vida sacerdotal, aún pasando las sucesivas crisis que existen durante la época de la adolescencia, luego las de la juventud, y bueno, continuando con las que se suceden siempre en la vida, lógicamente. Pero se llega a una altura en la vida, como le sucede también a los casados que perseveran y soportan la convivencia, en la que uno ve hacia atrás y piensa que las sucesivas crisis hacen que en el hoy nos sintamos mucho más fortalecidos. Fuertes en esa experiencia maravillosa que es ser fiel a Dios, al amor de Dios que se expresa en la pareja humana a través del sacramento del matrimonio, y en otras vocaciones siempre por el camino de la entrega total”.

“Es bueno que hoy en nuestra sociedad destaquemos esta dimensión de la totalidad de la entrega que no es solamente para el sacerdote, es también para el laico, tanto para aquellos que se casan y los que no. La experiencia del creyente que acepta vivir la comunión, la amistad con Jesús no puede ser otra que la del maestro, es decir la entrega total de la propia vida”.



Colegio y Seminario


En relación a las dos instituciones que funcionan en el edificio, el Seminario Menor Arquidiocesano y el Instituto Privado Católico –IPC-, ambos con un mismo nombre “Nuestra Señora de Itatí”, el Arzobispo aclaró la misión y funciones de ambos.

“Hay una idea distorsionada: que los jóvenes que se inscriben en el IPC de alguna manera están siendo orientados hacia el sacerdocio. No es así, acá hay dos instituciones. El colegio secundario es como todo colegio secundario, como uno más de los más de 30 colegios que tenemos en la Arquidiócesis de gestión privada confesional católica. Este es uno mas, donde concurren los jóvenes para cumplir con su obligación de estudio en el nivel medio”.

“Además funciona otra institución, separada del colegio secundario que es el Seminario Menor, del cual va a ser Rector el padre Horacio. En el Seminario Menor están los jóvenes, estos preadolescentes y adolescentes que sienten en sus vidas una primera orientación, inclinación, al sacerdocio. Estos jóvenes viven aquí, pasan su vida aquí en el Seminario. Este año serán doce los jóvenes que permanecerán en la casa, y el padre Horacio es responsable de ellos como Rector, y el seminarista Daniel Masares que será el Prefecto Formador, quien estará directamente en contacto con ellos acompañándolos en este proceso de discernimiento de su vocación.

“Esto es propiamente el Seminario Menor, que funciona en el mismo edificio pero con proyectos diferentes, con objetivos y programas diferentes. Por supuesto que estos 12 seminaristas hacen su escuela secundaria en el Instituto que aquí funciona”.



Fin del Seminario


Leyendo un párrafo del Documento Dabo Boris del Concilio Vaticano II, sobre la formación en los Seminarios, monseñor expresó: “El fin del Seminario Menor es preparar a los jóvenes para seguir a Cristo Redentor con espíritu de generosidad (de entrega, en una amistad total, en un conocimiento cada vez mayor que entusiasme a recoger todas las fuerzas de las personas y dedicarlas en esta amistad) y con pureza de intención”.

“Esto como fin del Seminario, donde los alumnos estarán bajo la dirección paterna de sus superiores y secundada (con la colaboración, la ayuda, el auxilio) oportuno de sus padres”. Monseñor también expresó que es importante que dentro del Seminario se “lleve un genero de vida que se avenga bien con la edad -no hay que exigirles que sean adultos- el espíritu y la evolución de los adolescentes, y se adapte de lleno con las normas de la sana psicología sin dejar a un lado la razonable experiencia de las cosas humanas y el trato con la propia familia”.



Pastoral Vocacional


Por otro lado el Pastor de Corrientes expresó que el padre Horacio Da Silva, desde el Seminario Menor también impulsará la Pastoral Vocacional en la Arquidiócesis. “Si bien el Seminario Menor es un espacio dirigido específicamente a los preadolescentes y a los adolescentes, quiere ser también un lugar desde el cual se organice mejor la Pastoral Vocacional en nuestra Arquidiócesis, por eso el Rector del Seminario esta acompañado por el seminarista Daniel Masares para dedicarse de una manera generosa a organizar la Pastoral Vocacional”.

“La Pastoral va en dos direcciones: la primera es la propuesta, la promoción de la vocación sacerdotal y religiosa junto a un equipo amplio y diversificado; y al mismo tiempo estudiar y extremar los criterios de selección de los candidatos. Esto es muy importante, porque a veces la gente piensa que el chico que entra hace el camino y nosotros cuidamos para que no se vaya. No, nosotros no cuidamos eso, lo que tratamos de hacer es ver lo mejor posible si este joven tiene capacidades para ser sacerdote, para responder al llamado de Dios en su vida. Nosotros no los retenemos porque necesitamos número, sino que cuidamos de aquel especialmente en el que se manifiestan signos vocacionales para que sea un verdadero discípulo y misionero de Jesucristo y un hombre verdaderamente entregado al servicio de la comunidad hasta el martirio, que no significa que necesariamente sea cruento.

“Tenemos que extremar los criterios de selección de los candidatos. Esta es una de las dimensiones de la Pastoral Vocacional”, finalizó.



Querida Caá Catí


Acompañaron durante la celebración al padre Da Silva, en la asunción de este nuevo desafío dentro de su vida sacerdotal, varios de sus hermanos sacerdotes. también estuvieron presentes autoridades de la Prefectura –dado que dentro del predio del Seminario Menor funciona la Escuela de esta Fuerza-; docentes del IPC; alumnos y sus padres o tutores; y miembros de la comunidad de Caá Catí, donde hasta el momento el padre sirvió como párroco de “Nuestra Señora del Rosario de Caá Catí”

Las palabras finales de la celebración estuvieron especialmente dirigidas para ellos, el padre Da Silva se emociono al recordar el año transcurrido en “ese campo virgen, donde hay tanto por hacer”, como expreso en el momento

“Quise quedarme aquí al lado del Obispo –comenzó diciendo- como un gesto simbólico y de cercanía. Cuando monseñor me ofreció esta posibilidad de ser Rector del Seminario le dije que con dolor dejaría Caá Catí y el sabe que así es. Dejo Caá Catí con este nuevo desafío y empresa que el en nombre de la Iglesia me pide, pero quiero estar al lado de él, porque con el Obispo todo y sin el obispo nada; porque es el primer promotor de las vocaciones”.

“Aprovechando que están acá mis hermanos sacerdotes quiero destacar que la Pastoral Vocacional es un trabajo de todos, no solo mío. Es un trabajo de los párrocos en las comunidades, de los monaguillos, un trabajo de todos, los laicos, de toda la familia”.

“Por supuesto que no puedo dejar de agradecer a este gran pueblo que amo y amare siempre: Caá Catí. El Departamento General Paz para mi ha sido uno de los lugares -después de Ushuaia- en el que trabaje con mas gusto, con ganas. Hubiera seguido, pero el Obispo y Dios me han traído acá. No hay que dejar de manifestar lo que se siente, y por eso expreso que quiero mucho Caá Catí, ese campo virgen, con mucho por hacer, ahí hay que trabajar. Caá Catí tiene 8 chicos que hoy ingresan también al Seminario Menor que pertenecían a un precioso grupo de monaguillos. Gracias a todo el departamento: Paso Florentín, Palmar, Lomas, Talatí, y tantos otros. Pueblo fiel sigan trabajando, los quiero con el corazón y sepan que aquí tienen un amigo”.

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