ARCHIVO > PRENSA > NOTICIAS

 IV CONGRESO NACIONAL DE FAMLIA Y VIDA - RED FEDERAL DE FAMILIAS

 Corrientes, 20-21 de junio de 2014


Saludo inicial

Agradezco de corazón a los organizadores de este magno evento sobre Familia y Vida por darme el honor de dirigirles el saludo inicial. Me alegra ver esta numerosa, diversa y federal asamblea y adherirme a todos ustedes, convencido de la trascendente importancia que tiene hoy el tema de la Familia y la Vida en nuestro país y en el mundo. De hecho, la primera decisión pastoral de carácter universal que tomó el Papa Francisco fue precisamente la de convocar un Sínodo extraordinario sobre la Familia, dando a entender claramente que se trata de una realidad vital para la Iglesia y fundamental para el presente y el futuro de la humanidad.
A diario comprobamos la crisis cultural profunda que atraviesa la familia, como todas las comunidades y vínculos sociales –afirma el Papa–. Y añade que en el caso de la familia, la fragilidad de los vínculos se vuelve especialmente grave porque se trata de la célula básica de la sociedad, el lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros y donde los padres transmiten la fe a sus hijos. Y la gravedad de esos vínculos frágiles impacta siempre en el segmento de la vida humana que demanda el primero y el mayor de los cuidados: el de los niños y de los ancianos.
Por eso celebramos estos encuentros que organiza la Red Federal de Familias, como entidad surgida del seno de la sociedad con un profundo sentido federal y ciudadano, porque nos ayudan a tomar conciencia de la trascendencia que tiene hoy la problemática de la Familia y Vida, y nos estimulan a comprometer lo mejor de nuestra inteligencia en su defensa, cuidado y promoción. Destaco la presencia de los jóvenes en este congreso, porque es indispensable que escuchen hablar sobre la verdad, la belleza y el bien que contiene la unión estable de un hombre y una mujer, unión que nace del amor, fundado en la manifestación de la bondad, sabiduría y designio del Creador. En este contexto, la vida humana adquiere valor sagrado e inviolable.
Antes de concluir, quisiera recoger el sentimiento de gratitud de muchos correntinos y correntinas, y decirles gracias por habernos elegido como sede para este encuentro y confiado en nosotros. La presencia de ustedes es una riqueza espiritual enorme para la vida de nuestro pueblo. Esta provincia se declaró Provincia Pro Vida, el 2 de diciembre de 2011, mediante decreto del Poder Ejecutivo Provincial, al que se sumaron las Cámaras de Senadores y Diputados, y al que se adhirieron muchos municipios. Esa medida considera que “el derecho a la vida es inherente a toda persona humana, de carácter universal, absoluto, inalienable, esencial e indisponible, sin que sea menguado por circunstancia alguna; como la vejez, disminución de ciertas facultades o falta de autonomía”. Por eso, “a efectos de asegurar la protección del derecho a la vida y a la familia; es necesario declarar como política de Estado la defensa de la vida desde la concepción, brindando las condiciones indispensables para el pleno y digno desarrollo de cada uno de los habitantes de esta provincia”.
Concluyo con tres palabras, que ha dicho varias veces el Papa Francisco y que corren el riesgo de caer en desuso, pero que brindan mucha luz a la hora de abordar las profundas heridas que padecemos en la convivencia familiar y social. Esas tres palabras son: gracias, permiso y perdón. El individualismo extremo que nos invade arrasó con el sentido comunitario de la vida y se llevó consigo también esas palabras, que son muy simples, pero vitales para para una convivencia pacífica, creativa y libre entre las personas. Entonces, además de abordar la problemática familiar y de la vida desde los diversos ángulos que tiene previsto hacer este congreso, atemos a nuestro corazón esas tres palabras: gracias, permiso, perdón.
Que María Santísima, bajo la advocación de la Tierna Madre de Itatí, con su ejemplo de docilidad al Espíritu, nos enseñe a ser tierra buena para recibir la semilla de vida que se sembrará en estas jornadas sobre el valor de la familia y el cuidado de la Vida, que Dios confió en nuestras manos.

Mons. Andrés Stanovnik OFMCap
Arzobispo de Corrientes


NOTA:
A la derecha de la página, en "Otros archivos", como SALUDO, el texto en formato de word.


ARCHIVOS