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I Congreso Latinoamericano de Pastoral Familia

La Iglesia abordó el contexto actual que atraviesa la familia como institución, con el deseo de profundizar su atención pastoral

Se ruenieron en Panamá, más de 300 obispos, sacerdotes, religiosos y laicos.


  Se desarrolló en Panamá, al I Congreso Latinoamericano de Pastoral Familiar, organizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam). La convocatoria reunió a más de 300 obispos, sacerdotes, religiosos y laicos preocupados por el contexto actual que atraviesa la familia como institución, con el deseo de profundizar su atención pastoral y meditar su lugar en la acción evangelizadora de la Iglesia. Como presidente de la Comisión Episcopal de Laicos y Familia, asistió a las jornadas, monseñor Andrés Stanovnik. En su mensaje para los participantes, el papa Francisco, afirmaba que “más allá de sus acuciantes problemas y de sus necesidades perentorias, la familia es un ‘centro de amor’, donde reina la ley del respeto y de la comunión, capaz de resistir a los embates de la manipulación y de la dominación de los ‘centros de poder’ mundanos”. El Santo Padre explicó que “en la familia la fe se mezcla con la leche materna”.
De la actividad participó el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, monseñor Vincenzo Paglia, y el coordinado por el presidente del Departamento de Familia, Vida y Juventud del Celam, monseñor Raúl Martín, obispo de Santa Rosa en la Argentina.
El Colpafa es el primer congreso continental de agentes de pastoral familiar, que superí las expectativas, ya que reunió a cerca de 320 delegados de las 22 conferencias episcopales que componen el Celam. Al acto de inauguración asistió el presidente panameño, Juan Carlos Varela. El papa Francisco también se hizo presente mediante una carta que leyó monseñor Martín.
El arzobispo Vincenzo Paglia, resaltó la necesidad de que la familia cristiana sea una comunidad donde se viva la fe y se expanda hacia sus alrededores. “Jesucristo se revela en el evangelio de la familia”, resumió el prelado, que valoró enormemente la realización del Colpafa meses antes de que se inicie en el Vaticano el sínodo de los obispos sobre la Familia.
Monseñor Paglia aseguró que el Papa no busca que la preocupación eclesial por la familia se centre en una reflexión teórica, sino que apunta a comprender la actualidad de las familias, con sus temores, sus dolores y sus esperanzas. Advirtió que el Santo Padre pide una nueva profecía, con una voz alta y clara, desde la solidaridad y la comunión con las familias para darle respuestas a sus problemas.
En su contacto con la prensa, el obispo de Santa Rosa, monseñor Raúl Martín, que coordina el encuentro como presidente del Departamento de Familia, Vida y Juventud del Celam, aseguró que si la familia se encuentra en crisis, "el mundo también entra en crisis", y destacó el compromiso y la tarea de la Iglesia en la reflexión.

Mensaje del Santo Padre
En su mensaje dado a conocer por la arquidiócesis de Panamá, el Santo Padre señala que “en el hogar familiar, la persona se integra natural y armónicamente en un grupo humano, superando la falsa oposición entre individuo y sociedad. En el seno de la familia, nadie es descartado: tanto el anciano como el niño hallan acogida. La cultura del encuentro y el diálogo, la apertura a la solidaridad y a la trascendencia tienen en ella su cuna”.
“Por eso, la familia constituye una gran ‘riqueza social’. En ese sentido, quisiera subrayar dos aportes primordiales: la estabilidad y la fecundidad”.
El Santo Padre subraya luego en el texto que “las relaciones basadas en el amor fiel, hasta la muerte, como el matrimonio, la paternidad, la filiación o la hermandad, se aprenden y se viven en el núcleo familiar".
"Cuando estas relaciones forman el tejido básico de una sociedad humana, le dan cohesión y consistencia. Pues no es posible formar parte de un pueblo, sentirse prójimo, tener en cuenta a los más alejados y desfavorecidos, si en el corazón del hombre están fracturadas estas relaciones básicas, que le ofrecen seguridad en su apertura a los demás”.
“Además, el amor familiar es fecundo, y no solo porque engendra nuevas vidas, sino porque amplía el horizonte de la existencia, genera un mundo nuevo, nos hace creer, contra toda desesperanza y derrotismo, que una convivencia basada en el respeto y en la confianza es posible. Frente a una visión materialista del mundo, la familia no reduce el hombre al estéril utilitarismo, sino que da cauce a sus deseos más profundos”.
El Papa resalta asimismo que “desde la experiencia fundante del amor familiar, el hombre crece también en su apertura a Dios como Padre. Por eso el Documento de Aparecida indicó que la familia no debe ser considerada solo objeto de evangelización, sino también agente evangelizador”.
“En ella se refleja la imagen de Dios que en su misterio más profundo es una familia y, de este modo, permite ver el amor humano como signo y presencia del amor divino. En la familia la fe se mezcla con la leche materna. Por ejemplo, ese sencillo y espontáneo gesto de pedir la bendición, que se conserva en muchos de nuestros pueblos, recoge perfectamente la convicción bíblica de que la bendición de Dios se transmite de padres a hijos”.
El Santo Padre afirmó luego que “conscientes de que el amor familia ennoblece todo lo que hace el hombre, dándole un valor añadido, es importante animar a las familias a que cultiven relaciones sanas entre sus miembros, a que sepan decirse unos a otros ‘perdón’, ‘gracias’, ‘por favor’ y a dirigirse a Dios con el hermoso nombre del Padre”.
Para concluir, el papa Francisco hizo votos para que “nuestra Señora de Guadalupe alcance de Dios abundantes bendiciones para los hogares de América y los haga semilleros de vida, de concordia y de una fe robusta, alimentada por el Evangelio y las buenas obras. Les pido el favor de rezar por mí, pues lo necesito.

Fuente: Aica


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