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Comunicadores del NEA buscan fortalecer su tarea pastoral en sus diócesis y en la región


Con mirada puesta en apuntalar y fortalecer la tarea pastoral en las diócesis, se realizó el Encuentro Regional de Equipos Diocesanos de Pastoral de Comunicación. Se abordó la realidad de cada Iglesia Particular, las dificultades en el sostenimiento de los medios diocesanos; y el trabajo de difusión de las noticias y actividades locales, a través de los medios no confesionales. Se acordó, entre otras cosas, el abordaje regional de problemáticas sociales, culturales y religiosas. Participaron, representantes de las diócesis de Iguazú, Oberá, Posadas, Santo Tomé, Corrientes, Reconquista, San Roque, Resistencia y Formosa.
La jornada se desarrolló en Corrientes, y participaron, monseñor Hugo Barbaro, obispo de San roque (Sáenz Peña), asesor regional de esta pastoral; y monseñor Ramón Dus, arzobispo de Resistencia, miembro de la Comisión Episcopal de Comunicación Social. La actividad se inició con una charla ofrecida por el padre Jorge Oesterheld, responsable de la Oficina de Prensa de la Conferencia Episcopal Argentina, sobre Redes Sociales, Comunicación y Familia.
Monseñor Barbaro, inició la jornada con una iluminación, exhortando a los comunicadores a transmitir el Evangelio, cumpliendo el mandato de Cristo; porque esta misión, de todo bautizado, involucra también a los medios de comunicación.
Entre otros conceptos, expresó que: “Comunicar en clave cristiana es el impulso de una caridad que busca difundirse, crear relaciones y vínculos interpersonales”. Y señaló que “para comunicar hace falta manejar tecnologías pero sobre todo tener claro que el mensaje a comunicar es el que surge de la Palabra de Dios meditada, de un encuentro y adhesión personal con Cristo, de una vida de santidad, de una experiencia con el Dios que nos busca para comunicarse”.
El Obispo considera que “evangelizar es brindar el mensaje con contenido usando el don de lenguas que se da cuando el mensaje es entendible, cuando es capaz de llegar a la inteligencia y al corazón y cuando es capaz de transformar la vida”.
Durante la charla, el padre Oesterheld, hizo un breve repaso de la historia y consolidación de los medios en la sociedad. Señaló, entre otras cosas, que los que había antes de los grandes medios, era la Iglesia, que ofrecía un mensaje que unía. Luego, surgieron otros actores ofreciendo un nuevo relato. Destacó que nunca la historia cambió tanto como en los últimos 50 años; y que si bien, la revolución industrial generó un impacto muy grande en los hombres, mucho más la aparición de medios de comunicación masiva, ya que permitían expresar al hombre, que es un ser hecho para la comunicación, y así, dejar ver su corazón, el que también se ve influenciado.
El sacerdote, entre otras ideas, planteó que hoy la comunicación, pensando desde la explosión de las redes y su influencia en la sociedad, se plantea por datos ordenados en lo cualitativo, lo cuantitativo, y lo afectivo. Y es en éste último orden en el que el comunicador católico, la Iglesia y la familia, debe orientar su comunicación. Desde uno, y hacia el corazón y la necesidad del otro. No se debe perder de vista que hoy las redes ayudan a escuchar más pues allí todos expresan lo que sienten y buscan.

Trabajo de los equipos
Por la tarde, los delegados e integrantes de los equipos diocesanos dialogaron sobre la realidad comunicacional de cada una de sus diócesis.
Cada uno de los delegados fue contando el trabajo que hay en los medios diocesanos, especialmente en las radios, la tarea que se realiza, de acuerdo al pedido y el interés de cada obispo, enviando informaciones a los medios de comunicación no confesionales.
Más allá de la tarea de comunicación entre las parroquias; en Formosa, hoy se atraviesa una difícil situación con los medios debido a la postura de la Iglesia sobre la instalación de la planta nuclear en la provincia. Entre otras cosas, mencionaron que estarían por dejar de hacer y distribuir el periódico que desde hace 10 años se distribuye con un diario, por la fuerte presión oficial.
Los puntos en común fueron el de consolidar los equipos diocesanos, para ponerse al servicio, no sólo de la difusión de la palabra y las actividades de los obispos, sino también, de las distintas pastorales. Diseñar e intentar desarrollar espacios de formación para los comunicadores, es decir, aquellos que estén trabajando en radio haciendo programas católicos, aun en radios no confesionales. Ofrecerse a ellos para colaborar.
También se abordó la problemática económica que deben afrontar, particularmente, las radios diocesanas; y la dificultad de encontrar un equilibrio entre la búsqueda de sostenimiento a través de privados, sin perder la esencia y la misión fundamental, que es la de evangelizar.
Además, se estableció el inicio de un trabajo más concreto a nivel regional, que permita difundir las actividades diocesanas y compartir buenas noticias, aquellas que hoy no forman parte de la agenda de los medios.


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