Muy queridos Catequistas:

Siento mucho no poder estar con ustedes para celebrar el Día del Catequista, en el encuentro que van a tener el próximo sábado 23 de este mes, en el Anfiteatro José Hernández. Los escribo estas líneas para expresarles mi cercanía a todos, especialmente a aquellos que están más alejados de los centros urbanos y tienen mayores dificultades para participar en los encuentros parroquiales y arquidiocesanos.
Unido a todos ustedes, quiero dar gracias a Jesús por habernos llamado a una misión tan bella como es acompañar a otros y darles a conocer la Buena Noticia del Evangelio. Me gustó mucho el lema que eligieron para conmemorar este día: “Celebramos a Jesús con alegría”. Es incomparable la felicidad que sentimos por haber conocido a Jesús.
Seguramente les pasa a ustedes lo mismo que me sucede a mí: no nos podemos guardar para nosotros la dicha de habernos encontrado con Jesús. Necesitamos darlo a conocer, compartirlo y juntos dejarnos transformar por la fuerza de su Espíritu. El Papa Francisco nos recuerda que “en la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: Jesucristo te ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para liberarte”. Unidos al Santo Padre, queridos catequistas, exclamamos: ¡Qué hermosa es nuestra misión!
Gracias por la generosidad de cada uno de ustedes, catequistas de niños, de jóvenes, de adultos, de nuestros queridos hermanos con capacidades especiales, y a las mamás y papás catequistas. Junto a los sacerdotes, diáconos y personas consagradas, que nos acompañan en el camino de la iniciación cristiana, los encomiendo a la tierna protección de María de Itatí, los abrazo y bendigo.

Mons. Andrés Stanovnik OFMCap.
Arzobispo de Corrientes