ARCHIVO > PRENSA > NOTICIAS

Reflexión sobre panfletos maliciosos arrojados desde las sombras

Corrientes, 1 de noviembre de 2014


   El pasado viernes 24, en horas de la tarde, a la salida de la jornada escolar de los niños del “Jardín El Patito Feo” y del “Colegio Del Sagrado Corazón”, personas inescrupulosas arrojaron panfletos a la vía pública, específicamente en los accesos de ambos establecimientos. En esos panfletos hay imágenes y declaraciones que dañan la persona y el ministerio sacerdotal del P. Fernando Romero.
La misma acción se llevó a cabo por primera vez hace cuatro años atrás. En esa oportunidad, el material pornográfico se había arrojado en diversos puntos de la ciudad. Como corresponde, el Arzobispado envió ese material a un perito judicial, a fin de que se realizara la pericia técnica sobre la autenticidad de esas imágenes. El resultado de la pericia confirmó que se trataba de un montaje fotográfico. Los autores de la distribución de ese material actuaron también en aquella primera oportunidad desde las sombras.
Las autoridades de las mencionadas instituciones educativas, dependientes del Arzobispado de Corrientes, así como la Junta Arquidiocesana de Educación Católica, aclararon inmediatamente mediante un comunicado oficial que la publicación contiene un texto falaz y fotos de tinte pornográfico que –de acuerdo al análisis de profesionales en la materia- responden a un fotomontaje. El comunicado continúa afirmando que dichas declaraciones e imágenes son totalmente falsas y, claramente, tienen el propósito de perjudicar la honorabilidad de una persona, injuriándola para así, dañar también a nuestra Iglesia particular de Corrientes. A esto hay que añadir que las personas que han perpetrado semejante acción, además de actuar desde las sombras, no han tenido ningún escrúpulo en tirar ese material en el acceso a colegios, a los cuales concurren niños y adolescentes, exponiéndolos al daño moral que producen esas imágenes y declaraciones.
En el curso de la semana, este hecho fue comentado por algunos medios, al que concurrió un grupo de tutores. Llama la atención que tanto esos medios, como los tutores, no se hayan preguntado quiénes son los autores del ilícito. Parece no haberles importado ni a unos ni a otros el hecho de que esa gente haya actuado escondiéndose en el anonimato. ¿Cómo es posible que se le haya dado más crédito a las personas que actúan entre las sombras y no se haya tomado en cuenta el comunicado oficial de ambas instituciones? ¿No se preguntaron cuál es propósito que mueve a una persona que actúa clandestinamente? ¿Por qué optaron por creerle a los que se ocultan y no a los directivos de las instituciones educativas? ¿No advirtieron que ese modo de proceder los hace cómplices de los que se mueven ocultándose?
Supongamos ahora que ese material respondiera a la verdad de lo que presenta en sus imágenes y declaraciones. Si así fuera, habría pruebas suficientes para iniciar una investigación y adoptar las medidas que correspondiese en el caso. ¿Por qué, entonces, no se recurre adonde corresponde y se realiza la denuncia pertinente? Sabemos que si se tienen pruebas sobre conductas impropias de un sacerdote o de un laico, la Arquidiócesis de Corrientes, en conjunto con las otras Iglesias particulares del NEA, cuenta con el Tribunal Interdiocesano, cuya sede está en nuestra ciudad. Este tribunal está al servicio de la verdad en la justicia para el bien de los fieles y la edificación de la comunidad cristiana. Este camino asegura la transparencia de las acciones de los individuos y de la comunidad.
Antes de concluir, deseo agradecer profundamente la cercanía y el acompañamiento que ha demostrado en estos días a su párroco la comunidad del Sagrado Corazón de Jesús. Sepan que el P. Fernando tiene también la confianza y el apoyo del obispo. No continuará con el servicio de capellanía en los institutos mencionados para no exponerlo aún más al daño de las intenciones maliciosas que evidencian los que actúan de modo encubierto.
Y finalmente, les ruego que recen especialmente por los que hacen el mal para que el Señor Jesús les dé la gracia del arrepentimiento y el perdón, porque solo así nos salvamos de ser hijos de las tinieblas y accedemos a ser hijos de la luz, para transitar con alegría y libertad el camino hacia la santidad, a la que todos estamos llamados.

Mons. Andrés Stanovnik
Arzobispo de Corrientes



ARCHIVOS