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Las hermanas de Jesús María celebran 25 años en Corrientes


Hace 25 años, llevadas por su espíritu de servicio y su deseo de “hacer conocer y amar a Jesús y María”, llegaron a Corrientes las primeras hermanas de la Congregación de Jesús María. Desde entonces, han ofrecido una valiosa laborar pastoral en pos de la educación cristiana de cientos de niños, jóvenes y adultos y brindando su acompañamiento espiritual y guiando ejercicios ignacianos. El 19 de marzo, celebrarán este aniversario con una misa de acción de gracias que a las 19,30, presidirá el padre Armando Raffo, en su hogar, la Casa del Catequista (Plácido Martínez 1459). El sábado 21, en el mismo horario, estarán compartiendo la eucaristía con la comunidad de la vicaría San Pablo junto al Arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik.
Actualmente, son tres las hermanas que integran la comunidad de Jesús María, quienes, de acuerdo a su carisma, a modo de festejo, están organizando también para el sábado 21, una jornada para jóvenes, en la Vicaría San Pablo, a partir de las 10.30; además de un espacio de encuentro y oración, los participantes realizarán una misión por el barrio.
Summy, Marilyn y Celsa, son las religiosas que hoy llevan adelante la Casa del Catequista, base desde la cual realizan diversas tareas educativas en diferentes ámbitos. Están presentes en el Colegio Secundario de San Luis del Palmar, también en el de Laguna Brava y en Fe y Alegría. Además, están insertas en actividades pastorales de la Acción Católica, dando catequesis en San pablo, y en la Junta Arquidiocesana de Catequesis, ofreciendo acompañamiento espiritual y formando parte de la comunidad jesuita que ofrece Ejercicios Espirituales según San Ignacio.
En la Casa del Catequista, las puertas están abiertas para consultar su biblioteca, donde se pueden encontrar materiales de consultas para catequesis o para tener un momento de oración la capilla.

Recordando la fundación de Corrientes
Invitadas por los sacerdotes jesuitas, hace 25 años llegaban a Corrientes las hermanas de Jesús María. Aquellos años, son recordados en primera persona por quien es hoy la Madre provincial, María Carmen Pinasco, una de las iniciadoras. Ella, actualmente reside en la comunidad de Córdoba pero su corazón aún está ligado a la tierra correntina.
“En el mes de mayo de 1984, me nombraron provincial de Argentina-Uruguay. Al mes siguiente, me enteré que no teníamos en agenda ninguna fecha para ese verano, para los Ejercicios Espirituales de las comunidades. Acudí al entonces padre Jorge Bergoglio sj, superior del Colegio Máximo “San Miguel”, de los jesuitas. Él me contestó que no tenía ningún sacerdote disponible, porque ya estaban todos comprometidos para el mes de enero, pero que me comunicara con dos sacerdotes de Corrientes, los padres Oscar Calvo y Raúl Bradley.
Ellos, aceptaron gustosos –que pudiéramos ofrecer ejercicios-, dirigiendo dos tandas en Bella Vista. No nos conocían, y al padre Raúl, le sorprendió nuestra espiritualidad, que posee una fuerte influencia ignaciana.
La Madre Beatriz Vignau, directora del colegio de Talcahuano en ese momento, invitó al padre Raúl para que dirigiera algunos retiros para nuestras alumnas, ya que advirtió su capacidad para comunicarse con los jóvenes. Raúl aceptó, a condición de que algunas de nosotras fuéramos a ayudarlo con los retiros ignacianos que él dirigía en Corrientes, ya que no había ninguna congregación con esta espiritualidad.
Allí comenzó el intercambio. Yo fui a conocer la comunidad y me admiró la religiosidad el pueblo correntino, el compromiso de los jóvenes, la devoción a la Viren de Itatí, el sentido de familia, la cantidad de jóvenes estudiantes, la sobriedad de vida, las peregrinaciones a Itatí, etc.
Los primeros viajes los hice con Madre Rosa Ana y con Madre Beatriz. El padre Raúl nos conseguía, al comienzo, hospedaje en la casa de las dominicas o de las Hermanas del Buen Pastor. Comenzamos a acompañar algunos retiros, y también a participar en las peregrinaciones a Itatí, incluso nuestra juniora participó de las mismas.
Fue fácil advertir, que si bien muchos jóvenes daban catequesis, no estaban lo suficientemente preparados. En nuestros contactos con Monseñor Antonio Rossi, arzobispo de Corrientes, nos pidió que nos contactáramos con la hermana Josefina Alemán, del Buen Pastor, que organizaba el Seminario Catequístico. Fui varias veces a dar cursos breves de Iniciación a las Sagradas Escrituras. También la Madre María del Carmen Haub, estuvo un mes en Corrientes dando un curso de Antropología Bíblica.
Surgieron las primeras vocaciones, e inmediatamente, monseñor Rossi nos invitó a fundar allí. La falta de personal, demoró un tiempo la concreción de ese deseo, ya que sólo se pudo contar con dos junioras y una religiosa jubilada, pero él lo aceptó gustoso. Nos ofreció vivir en la Casa del Catequista, que hubo que acondicionar ya que estaba muy deteriorada, y nos pidió que actualizáramos la biblioteca.
La Madre María del Carmen Haub consiguió un importante donativo que llegó del extranjero y se compraron libros, fotocopiadora y demás materiales, importantes en ese momento. La Congregación afrontó os gastos edilicios, ya que los techos estaban en malas condiciones y estaba cortada la luz y el teléfono; faltaban muebles y se necesitaba acondicionar la casa para la llegada de Madre María del Carmen, Madre Ana María Flores y Madre Epifania (Summy). Estas dos últimas, eran de primeros votos, habían concluido los estudios de Ciencias Religiosas en el Instituto Champagnat, y se preparaban a estudiar otras carreras en Corrientes, trabajando apostólicamente en la Residencia de los jesuitas, en Jesús Nazareno, con retiros espirituales y acompañamiento de jóvenes.
Fue muy importante el consejo y el acompañamiento del padre Raúl, del padre Calvo, y posteriormente, del padre José Luis Ferroni, con el cual se profundizó el estudio de la espiritualidad ignaciana y, especialmente, de los Ejercicios Espirituales.
Más adelante, comenzó el trabajo en la Parroquia de San Pablo.
Una figura clave para la fundación de la Casa de Corrientes, fue la Madre María Teresa Villescas, ecónoma provincial, que dispuso recursos económicos y todo su interés personal, aun con su salud muy deteriorada. Falleció de cáncer, a los pocos meses de fundada la casa, que tuvo como protector especial, a San José.
Merecen una palabra de recuerdo y agradecimiento, la comunidad de las Religiosas del Buen Pastor, que nos alojaron al comienzo, mientras se acondicionaba la casa para celebrar la primera Misa el 19 de marzo”.

El Carisma
Claudina Thévenet, enteramente entregada a la acción del Espíritu, penetrada de un conocimiento íntimo de la bondad operante de Cristo y conmovida por las miserias de su tiempo, tuvo un solo deseo: comunicar este conocimiento; y una angustia: ver abandonados a su desgracia a quienes viven en la ignorancia de Dios.
Toda vocación a Jesús-María participa de la gracia carismática de su Fundadora. A la luz de esta gracia y en respuesta a la llamada de Dios, las religiosas de Jesús-María se entregan totalmente a Él por la profesión de los consejos evangélicos vividos en comunidad.
Esto se puede sintetizare en: “Hacer conocer y amar a Jesús y María a través de la Educación cristiana de niños y jóvenes en todo los ambientes y con especial preferencia por los más pobres”.

Espiritualidad
La espiritualidad de la Congregación, cristocéntrica y mariana, nace del amor del Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María. Este amor, a ejemplo de su Fundadora, debe caracterizar la vida espiritual y estimular el celo apostólico de cada religiosa. Su espiritualidad se centra en la Eucaristía, don del amor y fruto del sacrificio de Jesús en la cruz. Desde sus comienzos ha recibido la influencia de la doctrina de San Ignacio


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