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Sábado 12 de diciembre, Iglesia Catedral

Celebración de apertura de la Puerta Santa para el inicio del Año Jubilar de la Misericordia

La inauguración del Año Santo con la apertura de la Puerta Santa en la basílica de San Pedro la realizará el Santo Padre el próximo 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción, y concluirá el 20 de noviembre de 2016.


  El papa Francisco abrirá la Puerta Santa el próximo 8 de diciembre. Él mismo ha establecido que el domingo siguiente en cada Iglesia particular, en la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la Misericordia.
De acuerdo con la indicación del Santo Padre, en la Iglesia Catedral de Corrientes se abrirá la Puerta Santa el 12 de diciembre.
La celebración eucarística que abre el año jubilar en cada Iglesia local con la apertura de la Puerta de la Misericordia será única.
Esta Puerta también podrá ser abierta, a elección del Ordinario, también en los Santuarios, donde tantos fieles encuentran la meta de su peregrinar, lugares privilegiados de la gracia de Dios y del encuentro con la Misericordia del Padre. (Cf. MV3)
En el resto de los lugares donde el Ordinario disponga celebrar la apertura del año jubilar no se realizará un rito especial de apertura de puerta, sino una oración al inicio de la celebración, cerca de la puerta del templo.
En el caso de nuestra Iglesia Particular, Monseñor Andrés ha dispuesto que esta puerta se abra también en la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, Santuario de la Cruz de los Milagros, en la Parroquia de San José de Saladas

El signo especifico de la celebración inaugural
El signo específico de la inauguración del Jubileo es la apertura de la Puerta de la Misericordia y la entrada procesional de la Iglesia local – obispo, clero, pueblo – en la catedral.

* El desarrollo de la celebración se articula en los siguientes momentos:

1) La statio en una Iglesia o en un lugar apropiado. Nos congregaremos en la Iglesia de la “Cruz de los Milagros”. En ella, habría una animación. Luego, ya congregado todo el Pueblo, se dará lugar a los ritos de apertura (canto de entrada, saludo inicial, una breve monición explicando el sentido de la celebración, proclamación del Evangelio, y la lectura de párrafos de la Bula Misericordiae Vultus).

2) El camino procesional. Luego de la invitación del diácono, se da inicio a la Procesión, donde acompañados con un guión y cantos adecuados, todos - con las imágenes adornadas de la Cruz y de la Virgen, signos de nuestra Iglesia Particular-, caminamos gozosos y expresando nuestra fe por las calles de la ciudad, hacia donde se dará apertura a la Puerta de la Misericordia.
(El carácter de la procesión no es penitencial sino festivo. Es camino del pueblo de Dios hacia la Iglesia Catedral para celebrar e inaugurar el Año Jubilar, acogido como don de Dios)

3) La apertura de la Puerta de la Misericordia y el ingreso en la catedral. Llegados a la Iglesia Catedral, se hará la apertura de la puerta y la exposición del Evangeliario, Palabra de misericordia, mostrándolo al pueblo que permanece aún fuera de la Iglesia Catedral y, luego, llevándolo hacia el altar durante la procesión.

4) La memoria del Bautismo. Ya ubicados, suplicaremos juntos al Señor para que bendiga el agua con la cual seremos rociados en memoria de nuestro Bautismo e invocaremos la misericordia y la salvación en virtud de la resurrección de Jesucristo.

5) La celebración de la Eucaristía. Luego de la aspersión, el Obispo dice la Oración Colecta y la Misa prosigue como de costumbre en el clima gozoso y festivo, al final de la cual invocaremos a la Virgen, Madre de la Misericordia y recibiremos la bendición solemne.


La ceremonia de apertura del jubileo en Roma

La ceremonia de comienzo del Año Santo tiene lugar en Roma, a través de una liturgia específica. El Papa se dirige a la basílica de San pedro para abrir la llamada “Puerta Santa”, cerrada a cal y canto, que solo se abre con motivo del Jubileo. El Sumo Pontífice toma un martillo (el mismo que utilizaron varios papas, como Pío XI en 1933) y da tres golpes diciendo una fórmula que se inicia con las palabras: Aperite mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domino (Ábranme las puertas de la justicia; entrando por ellas confesaré al Señor). El simbolismo –abatir la puerta con esfuerzo- significa la dificultad del camino cristiano, pero, al mismo tiempo, subraya que, una vez traspuesto el ingreso, se encuentra la grandeza extraordinaria del amor y la misericordia de Dios.

Se derriba la mampostería que cierra la puerta y después el Papa se arrodilla delante de esta, mientras los penitenciarios de San Pedro la lavan con agua bendita. Luego, tomando la cruz, empieza el Te Deum y entra en la basílica, acompañado del clero. Posteriormente, tres cardenales legados que ha enviado el papa a las otras tres puertas santas, las abren con la misma ceremonia. Estas tres puertas están en la iglesia de San Juan de Letrán, la iglesia de San Pablo Extramuros y la iglesia de Santa María la Mayor. Todo esto se hace en el tiempo de Navidad. Al día siguiente, por la mañana, el papa imparte la bendición al pueblo en forma de Jubileo.

Expirado el Año Santo, se vuelve a cerrar la puerta. El Papa bendice las piedras y la argamasa, pone la primera piedra y se tapia la puerta. Ceremonia que se replica en las otras tres puertas santas; hasta el próximo año jubilar.

(Subsidio “Celebrar la Misericordia”, aprobado por de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos)


NOTA:
A la derecha de la página, en "Otros archhivos", un cuadernillo referido a la ceremonia elaborado por al Comisión Arquidiocesana de Liturgia.

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