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Jubileo de la Pastoral Penitenciaria

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido.
Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a vendar los corazones heridos,
a proclamar la libertad a los prisioneros”

(Isaías 61, 1)
 

  En éste Espíritu, y con el lema: “Estuve preso y viniste a visitarme” del Evangelio según san Mateo, en el Capítulo 28, se llevó a cabo el Jubileo de la Pastoral Penitenciaria de la Arquidiócesis el pasado fin de semana (24 y 25 de setiembre) en distintas Unidades Penitenciarias de la Provincia de Corrientes.

En efecto, durante las semanas previas a este Jubileo, los integrantes de la Pastoral Penitenciaria, visitaron las unidades donde tiene presencia de manera habitual la Iglesia Católica, a fin de catequizar a los hermanos privados de libertad sobre los conceptos del Año de la Misericordia inaugurado por el papa Francisco el 8 de diciembre del año pasado, y que concluirá el 20 de noviembre con motivo de la Fiesta de Cristo Rey, en nuestra Arquidiócesis y luego en Roma..

Este año extraordinario de Jubileo que tiene por eje temático considerar los alcances de la Misericordia de Dios sobre su Pueblo, fue instituido por el papa Francisco para celebrar el 50 Aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. Estos años sagrados están llenos de celebraciones y peregrinaciones especiales, fuertes llamados a la conversión y al arrepentimiento, y la posibilidad de experimentar la gracia de Dios mediante los sacramentos de la Confesión y de la Eucaristía.

La celebración del Año de la Misericordia es un regalo de Dios para concedernos abundantes gracias e indulgencias plenarias, algo parecido a ganar “puntos en el Cielo” a nuestro favor.

Precisamente, para ganar las indulgencias, se han abierto Puertas Santas en distintos templos alrededor del mundo. Un acto simbólico muy importante realizado por cada peregrino es pasar por la Puerta Santa. Respecto a las personas privadas de su libertad, Francisco dispuso: “en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad”.

Por este deseo del Santo Padre de que el Jubileo alcance a todos, se pensó en acercar a las personas privadas de su libertad, la experiencia de la “misericordia del Padre” a través de la visita del Arzobispo y de los capellanes que acompañan esta Pastoral.
El sábado 24, alrededor de las 9, el Arzobispo Monseñor Andrés Stanovnik inició su visita a la Unidad Penitenciaria Nº 1, acompañado de los Capellanes. Luego de saludar a las autoridades y a los internos presentes, con quienes intercambió algunas palabras, celebró la Eucaristía, que fue amenizada por músicos integrantes de la Pastoral.

En tanto, el domingo a la misma hora, monseñor Stanovnik estuvo presente en la Unidad Nº 3, Cárcel de Mujeres “Pelletier”, donde luego de una Catequesis sobre el Jubileo de la Misericordia a cargo del Capellán, pbro. Antonio De Iacovo, presidió la Eucaristía, de la que participaron, además de las internas, autoridades del Servicio Penitenciario y las hermanas del Buen Pastor que prestan sus servicios en esa Unidad.

Allí, entre otras cosas, el Arzobispo señaló que “toda Institución, ya sea civil o religiosa, de la policía, de la penitenciaría, de la política, debe estar al servicio de la comunidad humana, si no lo está, está viciada, enferma, no tiene razón de ser, se alimenta a sí misma. Y en ese sentido, dijo que toda institución, como toda persona, si se alimenta de sí misma, termina destruyéndose”.
Por eso, destacó que es “bueno que la Iglesia nos regale este Año de la Misericordia, para que podamos comprender que el poder, Dios lo ejerce preferentemente, a través de su misericordia; y nosotros, sus hijos, estamos llamados a reflejar lo mismo en nuestras relaciones y en los servicios que prestamos”.

En horas de la tarde, presidió la Liturgia de la Palabra en el Centro Contención Juvenil, luego de la cual, junto a un nutrido grupo de acompañantes, se traslado a la Unidad Penal Nº. 6 de Procesados Varones donde Presidió la Eucaristía, amenizada por el ministerio de música Aliento de Vida

La Pastoral Penitenciaria, es una acción de la Iglesia Católica a favor de los que directa o indirectamente se encuentran afectados por la realidad de la cárcel. Jesús ama con amor de predilección a los más pobres, y a los que sufren, por ser los más vulnerables, y se identifica con ellos.
El Documento de aparecida nos recuerda: “Reconocemos los rostros sufrientes que nos duelen: “en los que viven en las calles, migrantes, enfermos, adictos dependientes, detenidos en las cárceles…”. “Creemos que sólo la cercanía que nos hace amigos nos permite apreciar profundamente los valores de los pobres de hoy, sus legítimos anhelos y su modo propio de vivir la fe.”

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