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El padre Martín y el padre Pedro celebran 25 años de vida sacerdotal


La gracia del Señor se derrama abundantemente sobre aquellos que se deciden a poner la mano en el arado y no mirar hacia atrás. Hace 25 años, Pedro Julián Viana y Martín Raimundo Zacarías sellaron su entrega absoluta a Dios a través del ministerio presbiteral. Tras un largo camino, de luces y sombras, el balance es altamente positivo y hoy quieren agradecer el amor misericordioso del Padre para con ellos. Esta noche, a las 20, con una Santa Misa que presidirá el Arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik, en la parroquia Perpetuo Socorro celebrarán junto sus Bodas de Plata Sacerdotales junto a los fieles de las comunidades donde han desarrollado su tarea pastoral.
El padre Pedro es actualmente vicario parroquial del Santuario de San Cayetano, es además, desde hace muchos años, quien acompaña y anima la Pastoral Penitenciaria (el primer nombramiento como capellán “para la atención de reclusos” lo realizó en diciembre de 1993 el entonces Arzobispo, monseñor Antonio Rossi) realizando una tarea encomiable con quienes están privados de su libertad, sus familias y quienes se desempeñan en la difícil labor del Servicio Penitenciario.
En su haber además está el ser pionero en el acompañamiento de personas enfermas de Sida y portadores de HIV y sus familias formando el grupo “Sin fronteras” que funcionó durante varios años desde la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Junto a un grupo de laicos, llevo adelante, cuando en Corrientes nadie se ocupaba de ellos ni se hablaba del tema, una tarea humanitaria que excedía con creses su ministerio, y haciendo carne lo que tanto hoy pide el papa Francisco, de ser Iglesia en salida y de llegar a las periferias existenciales.
Los lugares donde ha desarrollado su ministerio el padre Pedro, han sido siempre de puertas abiertas, lo cual en muchas oportunidades le ha valido duras críticas, pero sin perder de vista que lo primordial es el ser humano, cualquiera sea si situación.
El padre Pedro se formó en el Seminario Interdiocesano “La Encarnación”. Recibió la Admisión a las Sagradas Órdenes en julio de 1988, en una misa celebrada en la parroquia Santa Rosa de Lima; en 1990, recibió el Ministerio del Lectorado y ese mismo año, el Acolitado. Fue ordenado diácono en junio de 1991, en la ceremonia realizada en la Iglesia Catedral.
Como sacerdote, el padre Pedro desarrolló su ministerio como vicario parroquial de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y Virgen Reina; luego, en fue párroco de Perpetuo Socorro; cuando monseñor Domingo Castagna creó la parroquia San roque González y compañeros mártires, en el barrio Independencia, él fue nombrado su primer párroco, en 2004. Desde el 2011 es vicario de San Cayetano. Formó parte también durante varios años del Consejo Presbiteral.
Además de su sacerdocio, el padre Pedro hizo la carrera de Operador en Psicología Social en el Instituto San José, y es un reconocido fanático del Club Deportivo Mandiyú.
Por su parte, el padre Martín estuvo durante muchos años vinculado a la pastoral Educativa en la Arquidiócesis. Pastoralmente, tuvo oportunidad de acompañar distintas y muy variadas comunidades. Formó parte durante varios también, del Consejo Presbiteral.
Actualmente, desde el 2012, es párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, donde, entre otras actividades comunitarias, junto a un grupo de laicos, lleva adelante un intenso trabajo en la prevención de adicciones y acompañamiento de jóvenes que padecen este flagelo y de sus familias. Es el Asesor de la Pastoral de Adicciones, que desafortunadamente por lo que significa, es un área dentro de la Iglesia que tomó mayor importancia y que trabaja intensamente.
El padre Martín se formó en el Seminario “San Carlos Borromeo” de la Arquidiócesis de Rosario. Fue admitido para el ministerio presbiteral en julio de 1988, en una ceremonia realizada en la parroquia Santa Rosa de Lima; en el mismo templo, en diciembre de ese año, recibió el ministerio del Lectorado; y un año después, el del Acolitado. La ceremonia de ordenación diaconal se realizó en junio de 1991, en la Iglesia Catedral.
Luego de ser ordenado sacerdote, el padre Martín, como se mencionó antes, estuvo desarrollando su ministerio en distintas comunidades, tanto de Capital como del interior. En 1992, fue designado, por monseñor Rossi, vicario parroquial de San José de Saladas. Al año siguiente, fue nombrado director Espiritual del Seminario Menor “Nuestra Señora de Itatí”. Ocupó el cargo de vicario coadjuntor de San Juan Bautista desde 1995, en 1998, fu nombrado vicario de San Francisco Solano.
Además, fue administrador parroquial de San Benito, donde se desempeñó desde el 2001. Estando allí, se hizo cargo del Instituto San Benito; en 2002, asumió como representante legal del Instituto Privado “Pía Unión Santa Teresita del Niño Jesús”. En empedrado, fue administrador parroquial de Nuestro Señor Hallado.
En 2002, fue nombrado vicario parroquial de Sagrado Corazón para la atención pastoral de la capilla San Pablo.
En 2003, monseñor Castagna lo designó Vicario para la Educación Católica de la Arquidiócesis; y en 2005, Rector y Párroco de la Iglesia Catedral. Estando allí, cumplió las funciones de representante legal de la Escuela Profesional “María de Nazaret”.
Tras varios años de servicio pastoral en Catedral, regresó al interior provincial como párroco de maría Auxiliadora de Bella Vista; de allí regresó a Capital, como párroco de Perpetuo Socorro, del barrio Mil Viviendas.
El padre Pedro y el padre Martín, recibieron el ministerio presbiteral por la imposición de manos de monseñor Antonio Rossi, durante la ceremonia que se desarrolló en el Colegio Salesiano, hace 25 años, en la tarde del 20 de diciembre de 1991. Toda una vida. Años de entrega, de sinsabores, pero de plena felicidad por cumplir, gracias a la oración, la voluntad de Dios a quien decidieron, libremente, entregar su vida. Qué la Tierna Madre de Itatí los cuide y proteja. 


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