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Junto a familiares y amigos seminaristas del NEA iniciaron el año de formación


Con una celebración eucarística que fue presidida por el Arzobispo de Resistencia y concelebrada por los Obispos de la región, y con la presencia de decenas de familiares y amigos, el pasado lunes, los jóvenes seminaristas que se forman en Seminario Interdiocesano “La Encarnación” iniciaron el ciclo 2017. Actualmente, son 57 los candidatos al ministerio sacerdotal que se formarán en esa casa. De la Arquidiócesis de Corrientes, ha ingresado un joven bellavistense para iniciar el Introductorio.
En el parque de la casa de formación se desarrolló la celebración eucarística ante una gran cantidad de familiares, amigos y miembros de las comunidades de origen de los seminaristas. Este año, han ingresado para iniciar su formación, cuatro jóvenes de la diócesis de Goya, dos de Reconquista, uno de Formosa y uno de Corrientes. Este último, es José Romero Alia, oriundo de Bella Vista, su parroquia de origen es María Auxiliadora. Es Técnico Contable y tras varios años de discernimiento, ha dado este gran paso de iniciar su formación para el presbiterado.
En la celebración eucarística, también estuvieron presentes los siete candidatos al ministerio del Camino Neocatecumenal que harán su formación en el Instituto de Estudios Filosóficos-teológicos “Santo Toribio de Mogrovejo”.
Monseñor Ramón Dus, Arzobispo de Resistencia, presidió la Misa, que fue concelebrada por el Arzobispo correntino, monseñor Andrés Stanovnik; y los obispos de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego; de Goya, monseñor Adolfo Canecín; de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini; y de Azul, Hugo Manuel Salaberry SJ, quien extraordinariamente se encontraba visitando el Seminario junto a un grupo de seminaristas de su diócesis.
Fue monseñor Montini quien tuvo a cargo la homilía. Inició su mensaje señalando que, como nuevo Obispo de San Tomé, “me acabo de sumar al equipo de los obispos del Seminario, eso implica pagar derecho de piso, así que me ha tocado pronunciar la homilía. Pero agradezco esta deferencia en este día tan especial para todos los que estamos involucrados en la vida del Seminario”.
En primer lugar agradeció los gestos y delicadezas con motivo de su toma de posesión, no solo de los obispos que estuvieron presentes, sino también a la comunidad del Seminario y a tantos que de un modo u otro estuvieron acompañándolo en un “momento muy intenso no solo para la vida del obispo sino también para la diócesis”.
Sobre el inicio del Seminario, resaltó que no “es el inicio del año académico, la formación en el Seminario no solo se reduce a lo académico, sería una pobreza inmensa. El Seminario es mucho más. Formamos personas, a hombres, formamos corazones”.
Sobre los textos bíblicos, comenzó diciendo que “una primera frase que resalto del texto que me ha quedado resonando, es aquella frase de la primera lectura, aquel texto sapiencial que vamos leyendo de forma corrida y de modo contundente hoy nos invita a lo siguiente: “vuélvete a Dios”. Ni más ni menos, ´vuelve a Dios´. Parecería una cosa forzada decir esto en este contexto, y más en el marco del inicio del año de Seminario; pero es bueno saber que Dios nos invita a cada uno de nosotros a esto:´ vuelve´”.
El Obispo santotomeño explicó que “volver a Dios es en definitiva, a animarnos a dar el paso, ponernos frente a Dios y dejar que nos cuestione, que Dios nos hable, que lo que Dios nos diga no pase por un oído y salga por el otro, sino que cale profundamente en el corazón”. Por eso, agregó, “es bueno que pongamos a Dios en la situación y particularidad que cada uno está viviendo en este momento. Cada uno de nosotros debe volver a Dios”.
A propósito de la Cuaresma, monseñor Montoni fijó la mirada en “como resuena de modo peculiar este volver a Dios casi en los umbrales de la Cuaresma que inicia el Miércoles de Ceniza. Quizás una tarea de hogar podría ser, preguntarnos cada uno de nosotros a ver qué significa volver a Dios. Qué implica volver a Dios desde mi situación de familia, desde mi situación de consagrada o consagrado, desde mi situación de ministro, desde mi situación de seminarista en este camino formativo, desde mi tarea de colaborador del Seminario, como profesor, cocinero, etc. A todos Dios nos invita a volver a Él”. Y les digo, se necesita mucha grandeza de corazón para volver a Dios”.
Consideró además que “la Cuaresma nos va a dar una gran tregua, junto esa gracia mezclada que se da en este tiempo, para volver a Dios y seguir abrazándonos y dejándonos abrazar por él; y abrazar lo que él quiera para nosotros”.
El Pastor reconoció que nos es fácil, y a modo de ejemplo, señaló que para él, la toma de posesión en la nueva diócesis fue muy movilizante. “Para mí ha significado esta partida –de la diócesis de San Roque- un cuestionamiento muy grande. La partida me ha hablado mucho, se me ha vuelto un gran hecho vocacional para poner el corazón y la vida en las cosas que son esenciales, en definitiva, para volver a Dios”. Exhortó a que “cada uno desde su corazón, desde su situación, desde lo que tiene adentro, desde lo que está viviendo, acepte la invitación de Dios para volver a él”.
Se refirió luego al texto del Evangelio de Marcos (10, 17-27). “La segunda idea que quería compartir a través de la lectura del hombre rico en la versión de Marcos, es que queda claro en este texto que hemos meditado, rezado en tantísimas oportunidades, que ese hombre que se acerca Jesús, se siente cautivado por este hombre que cautiva corazones, este hombre Dios, pero que se siente liado, se siente atado; se siente invitado a seguirlo, pero que en realidad hay como una especie de freno de mano que no permite que sea totalmente libre”.
Consideró que se trata de un texto providencial porque en realidad toca el corazón de la vida cristiana. “No solo de la vida de aquel que ha descubierto que Dios quieren una intimidad más profunda con él, sino de toda la vida cristina. Ésta no se resuelve en dos o tres cosas para cumplir. La vida cristiana se define en un seguimiento”. Y agregó, “es un seguimiento, pero no es un seguimiento a los ponchazos, es un seguimiento de alguien que va adelante nuestro”.
Aclaró luego, “nosotros no somos los iniciadores de nada, las huellas están puestas, lo nuestro es poner el pie donde hay huellas, donde él ha dejado las huellas. La vida cristiana se define en el seguimiento de Jesús, por eso es tan importante esto de volver a Dios, cotejarse con Dios, que no es cotejarse con una realidad tipo spray, es cotejarse con Jesús, a quien yo debo conocer, amar e imitar, participando así de la vida trinitaria y transformando la sociedad”.
Reiterando su concepto del seguimiento de Jesús, monseñor Montini, amplió la idea y dijo que “no se trata de ser bueno para ser cristiano, porque no basta ser bueno para ser cristiano, no basta conocer exteriormente, ser correcto para ser cristiano, no basta solamente cumplir ciertas cosas exteriores para ser cristianos. Para ser cristianos, si lo queremos ser de verdad, hay que seguir a Jesús y seguirlo hasta el final, a donde l Cordero quiera llevarnos. Qué fuerza tiene esto, porque a veces podemos reducir la vida cristiana a una serie de cosas exteriores o a creer que solamente con ser bueno me basta. El hombre rico era bueno y no le bastó, porque Jesús lo invitó a una aventura mayor que era el secreto de su felicidad, que era el seguimiento”.
Se dirigió luego a los sacerdotes y formadores del Seminario: “un consejo muy particular a los que estamos vinculados a la formación; la formación se define en un seguimiento, no se puede ser un sacerdote, un religioso, una religiosa o un seminarista y cumplir cosas exteriores. Tenemos que ser muy honestos; a veces, nosotros nos vamos poniendo hábiles para ir cuerpeando con nuestra vida, intentando a veces mostrar fachadas y evitando lo más costoso, pero lo más sabroso de la vida cristina, que es el seguimiento”.
Y a modo de oración final, expresó: “vamos a pedirle al Señor en esta eucaristía que nos ayude a cada uno de los que aquí estamos a volver a él. Dios quiera que este inicio signifique un volver, en serio, a Dios. Vamos a pedirle a la Virgen que nos ayude a movilizarnos y a no contentarnos hasta donde llegamos, si no a ir por más. Y a un poco más que significa seguir a Jesús. Solamente el que sigue a JESÚS se configura con él, solamente el que los sigue es plenamente libre, como no lo fue este hombre rico que estaba tan limitado por cosas efímeras y materiales”.
Antes de finalizar la eucaristía, el rector del Seminario, padre Germán Vallejos, presentó a los jóvenes que iniciarán el introductorio y pidió rezar constantemente por cada uno de los seminaristas y por las vocaciones.


FOTOS: en la págian del Facebook de Arquidiócesis Corrientes


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