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Saludo a Nuestra Señora de Itatí

Itatí, 00.00 horas del 16 de julio de 2016


  ¡Qué hermoso es estar esta noche junto a nuestra Madre! No hay expresión más bella y más cálida, dirigida a María de Itatí, que aquella con la que iniciamos la hermosa oración a nuestra Madre: “Tiernísima Madre de Dios y de los hombres”. ¡Qué emoción es sentir que Ella nos mira con “ojos de misericordia”!

¡Cuánta necesidad tenemos de esos ojos! ¡Míranos, Madre, con esos tus ojos llenos de ternura y misericordia! Míranos esta noche a nosotros que humildemente recurrimos a vos; mira, tiernísima Madre, a nuestros enfermos y ancianos; a los que viven en la indigencia, a los presos, a los que se sienten solos, los que no tienen trabajo, a las víctimas de la trata y del comercio humano; a los menores víctimas de abuso, y a tantos jóvenes que sufren el flagelo de la droga, el vacío de la educación, la ausencia de empleo.

¡Míralos, tiernísima Madre! Son nuestros hermanos y hermanas, por eso te imploramos: danos ojos para ver sus desdichas y necesidades, y un corazón lleno ternura para que nadie de los que hoy estamos aquí nos vayamos sin un propósito firme de hacer algo por ellos. Enséñanos a ser misioneros de la misericordia siempre y en todas partes; a sembrar esperanza y a infundir esa fortaleza que nos viene de tu Hijo Jesús, para que nadie tenga que bajar los brazos ante la adversidad.

Finalmente, y fijando nuestra mirada en tus ojos misericordiosos, danos, Madre querida, un gran amor a tu Divino Hijo Jesús, para que volvamos a nuestros hogares y a nuestro vida cotidiana con un corazón puro, humilde y prudente. Te pedimos, tiernísima Madre de Dios y de los hombres, que nos alcances la bendición del cielo para nosotros, para nuestra patria y para todos los hombres y mujeres de buena voluntad: en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mons. Andrés Stanovnik OFMCap.
Arzobispo de Corrientes

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