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BUENOS AIRES, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2019

Saludo a la Comunidad parroquial de San Jerónimo

Me alegra poder saludar, en el día de la festividad de San Jerónimo, a toda la Comunidad parroquial que está bajo su protección y, en particular, al P. Miguel Gómez, párroco; al P. Rito Salvador Romero, vicario parroquial; al diácono Esteban Lugo y al seminarista Gabriel Vallejos. Como ustedes saben, aún no puedo acompañarlos personalmente por motivos de salud, pero aprovecho para agradecerles sus oraciones, a las que me sigo encomendando.

Este año ustedes celebran la fiesta patronal en vísperas del Mes Misionero Extraordinario, que decretó el papa Francisco para toda la Iglesia y nos propuso que lo vivamos en clave de bautizados y enviados. Como saben, nos venimos preparando desde el comienzo de este año para el XXIIIº Encuentro del Pueblo de Dios, preparación que la fuimos haciendo en el espíritu de ese mes extraordinario, que se inicia en toda la Iglesia con el primer día de octubre.

Recordemos también que nos hemos inspirado para prepararnos al mes misionero con el lema: Junto a la Cruz y la Virgen, bautizados y enviados, y que, para celebrarlo, iremos todos los que podamos el próximo 14 de octubre a Itatí para vivir la jornada del Encuentro del Pueblo de Dios. En la cartilla con la iniciábamos esa preparación decíamos “¡Que nadie se sienta excluido de esta convocatoria! Incluyamos a los niños, adolescentes y, sobre todo a los jóvenes, y brindémosle un lugar activo en la oración, reflexión y acción misionera; invitemos a los ancianos y a los enfermos a unirse a esta renovación misionera con su oración y el ofrecimiento de sus límites y sufrimientos”.

San Jerónimo, que vivió en el siglo IV, y a quien identificamos con la traducción de la Biblia al latín, traducción que aún hoy es imprescindible para los que estudian más a fondo la Palabra de Dios, nos ayuda a tomar conciencia de la centralidad que la Biblia debe tener en la vida del bautizado. Los bautizados somos enviados a predicar con el testimonio de nuestra vida y con la Palabra de Dios. De nada vale la palabra si no va acompañada y acreditada con el ejemplo. Esta fiesta patronal es una oportunidad extraordinaria para darnos cuenta de la importancia misionera que tiene la Palabra de Dios en la vida de todo bautizado.

Con ocasión de esta fiesta, les deseo abundantes gracias del cielo por intercesión de San Jerónimo para todos ustedes. Rezo para que la gracia transforme profundamente nuestras vidas y las arraigue aún más en el Amor de Dios y que, esa vida nueva del amor, se manifieste en un trato diferente hacia nuestro prójimo, empezando por aquellos con quienes convivimos diariamente; que no falte el perdón dado y el perdón recibido; la participación dominical en la Santa Misa; el sacramento de la Reconciliación y la Comunión; la oración para bendecir el alimento; y gestos diarios de cercanía y ayuda fraterna a los pobres y necesitados.

Rezo por todos ustedes y les pido que lo sigan haciendo por mí. Espero verlos pronto. Los abrazo y bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

 

Andrés Stanovnik OFMCap

Arzobispo de Corrientes


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