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El próximo domingo la Iglesia dará inicio a la Semana Santa, el tiempo litúrgico en el que se recuerdan los misterios de la salvación realizados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica a Jerusalén. En Corrientes, el Domingo de Ramos se recordará en las distintas parroquias y capillas de la Arquidiócesis. El Arzobispo, presidirá la celebración del Decanato 4 (parroquias Iglesia Catedral, Santuario de la Santísima Cruz de los Milagros, Nuestra Señora de la Merced y San Francisco Solano, y las comunidades de Jesús Nazareno, María auxiliadora y Santa Rita). A las 8.30, está prevista la concentración y animación en la iglesia Santa Rita. Allí, a las 9, se hará la bendición solemne de Ramos. Como parte del pueblo de Dios que camina en esta Iglesia particular, se desarrollará luego la procesión hacia la Iglesia Catedral donde continúa la Santa Misa presidida por monseñor Andrés Stanovnik. El miércoles, como es ya tradición en la Arquidiócesis, monseñor Stanovnik presidirá la Misa Crismal con su presbiterio, a las 20, en la Iglesia Catedral. Durante la celebración, se consagrará el Santo Crisma y se bendecirán los demás óleos (Catecúmenos y para los Enfermos). Además, los sacerdotes harán la renovación de sus promesas sacerdotales. Con el Santo Crisma, consagrado por el Obispo en la Misa Crismal, se ungen a los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos, y la iglesia y los altares en su dedicación con el óleo de los Catecúmenos, estos se preparan y disponen al bautismo. Con el óleo de los enfermos, éstos reciben el alivio en su debilidad. Vale recordar, que la Misa Crismal se celebra litúrgicamente el jueves, día de la Institución del Sacerdocio, pero, para que lo sacerdotes puedan estar en sus comunidades ese día, en Corrientes se celebra desde hace años en la víspera, miércoles por la tarde. Triduo El Triduo pascual de la Pasión y de la Resurrección del Señor comienza con la Misa de la Cena del Señor el Jueves Santo. Tiene su centro en la Vigilia Pascual (del Sábado) y se cierra con las Vísperas del Domingo de Resurrección. El Viernes y el Sábado santos son observados como días de ayuno, lectura de la pasión y vigilia. Al concluir el Jueves Santo y comenzar las vísperas del viernes, se celebra la Misa de la Cena del Señor y se recuerda la institución de los sacramentos de la Eucaristía y el Orden. El Viernes Santo se celebra y recuerda la Pasión y Muerte del Señor Jesús y tiene como centro la liturgia de Adoración de la Cruz. En el Sábado Santo, se busca vivir la esperanza en la Resurrección y en la tarde, habiendo entrado ya en las vísperas del domingo, al anochecer, se celebra la Vigilia Pascual que celebra el triunfo de Cristo sobre la muerte. Se trata de la celebración más importante de la Iglesia Católica. Jueves Santo. Institución de la Eucaristía El Triduo Pascual comienza con la misa vespertina de la Cena del Señor del Jueves Santo, día de reconciliación, memoria de la eucaristía y pórtico de la pasión. A las 20, el Arzobispo presidirá la Misa de la Cena del Señor en Catedral. En la celebración se hará el lavatorio de los pies, el cual significa un servicio que exige y requiere humildad. Se celebra lo que Jesús vivió en la cena de despedida: “Cada vez que coméis de este pan y bebéis de esta copa, proclamáis la muerte del Señor, hasta que él vuelva” (1Cor 11,26). Termina el jueves con una oración prolongada personal en silencio. Terminada la Misa, se despoja el altar en el cual se ha celebrado y debe conservarse sobrio el ámbito de la iglesia, con excepción del lugar donde se realiza la adoración del Santísimo Sacramento, que es reservado en el sagrario, no se hace exposición con la custodia. Tradicionalmente, por la noche se realiza la visita a las siete Iglesias. Viernes Santo. Pasión del Señor El Viernes se centra en el misterio de la cruz, que es signo de suplicio y de muerte (madero), pero sinónimo de redención (árbol). Este día es hoy “celebración de la Pasión del Señor”. Es el único día en el año en el que no se celebra la Santa Misa. El altar está completamente desnudo, sin cruz ni candeleros, sin mantel y sin adornos de ningún tipo. Durante la celebración se realiza el rito de la adoración de la Cruz. Se proclama la lectura de la Pasión del Señor según San Juan y se distribuye la sagrada comunión. La actual celebración del Viernes Santo es austera: gira en torno a la inmolación del Señor. Para nuestro pueblo, el Viernes Santo es un día de dolor, manifestado por dos figuras: el Nazareno y la Dolorosa. Por ello, al finalizar la celebración de la Pasión a las 15, en Catedral, monseñor Stanovnik encabezará la procesión con las imágenes de Cristo yacente y la Virgen Dolorosa. Sábado Santo. Vigilia Pascual La Vigilia Pascual es la celebración más importante del año, la culminación de la Semana Santa y el eje de toda la vida cristiana, hasta el punto de haber sido denominada “madre de todas las vigilias”. El Arzobispo presidirá a las 21 la Solemne Vigilia Pascual en la Catedral. La Vigilia, incluye una larga celebración de la Palabra que acaba con la eucaristía. Se inicia el acto con la bendición del fuego. La liturgia de la luz. Se desarrolla fuera del templo, se bendice el fuego nuevo, en torno al cirio, símbolo de Cristo, del que se encienden las velas de los presentes. La liturgia de la Palabra. Se relata la historia de la salvación. Son fundamentales las lecturas del Génesis (creación), Éxodo (liberación de Egipto), Profetas (habrá una nueva liberación) y Evangelio (proclama de la resurrección). La liturgia del agua. Celebra el nuevo nacimiento. Se desarrolla especialmente cuando hay bautismos, sobre todo de adultos. Se bendice el agua que luego los fieles pueden llevar a sus hogares. La liturgia eucarística. Es la cumbre de la Vigilia, como en toda celebración de la Santa Misa. Este día termina en alborozo por la noche, porque Jesús resucitó. Se hacen sonar las campanas de los templos. Domingo de Resurrección La Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido la fe. Cristo triunfó sobre la muerte y con esto abrió las puertas del Cielo. En la Misa dominical se recuerda de una manera especial esta gran alegría. Se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo. En la Resurrección encontramos la clave de la esperanza cristiana: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar? La Resurrección es una luz para los hombres y cada cristiano debe irradiar esa misma luz a todos los hombres haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de sus palabras, su testimonio y su trabajo apostólico. A las 10, como es ya tradición en la diócesis, el Arzobispo recibirá el saludo de los laicos en la sede arzobispal. Es una expresión de fraternidad con el Pastor.