La Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz recuerda a los correntinos que el 30 de julio es el DÍA MUNDIAL CONTRA LA TRATA DE PERSONAS, establecido por la ONU en el año 2013.

Este Día Mundial, establecido con la clara intención de concienciar a los ciudadanos y, sobre todo, a los gobiernos, acerca de la existencia creciente en forma alarmante de este delito que vulnera la dignidad de millones de mujeres, varones, niñas y niños en todo el mundo, sometidos diariamente a todo tipo de vejaciones y de explotación sexual, laboral y de todo tipo, no debiera dejar indiferentes a ninguna persona, a ningún correntino, a ningún argentino o habitante del mundo.

Es que la Trata, es el nombre de la mayor esclavitud del siglo XXI.

Frente a la proliferación de este delito, y para poder actuar contra él, uno de los mayores retos es tomar conciencia de la real magnitud en un mercado ilícito que se confunde con escenarios lícitos.

Este mercado ilícito reportaría una ganancia de alrededor de 32 billones de dólares y en este momento estarían siendo víctimas de él alrededor de 40 millones de personas.

Pero más allá de las cifras, como lo expresara el Papa Francisco, “la Trata es una herida en el cuerpo de la humanidad”. Herida que, por consiguiente, afecta a todos y a la cual cada uno está llamado a aportar su compromiso para hacer posible que sane. Nadie puede, debe permanecer indiferente o hacerse el desentendido. Porque estaría transformándose en cómplice de semejante atrocidad. 

Prevenir, Proteger, Perseguir. Cada uno desde su lugar algo tiene por hacer.

Apelamos en particular a los poderes del estado provincial y a sus instituciones para asumir un combate eficaz contra esta plaga que viola injustificablemente la libertad y la dignidad de las víctimas, dimensiones constitutivas del ser humano querido y creado por Dios. Por esto, como lo afirmara el Papa Francisco, se la debe considerar “un crimen contra la humanidad”. 

Pero también Iglesia y ciudadanos, estamos llamados a denunciar sin tapujos y superando miedo, aquellas posibles situaciones de Trata, las cuales, lamentablemente en general, son un entramado con necesaria participación de personas que pertenecen a diversos estamentos de poder, lo cual obstaculiza aún más abordarlas y combatirlas.

Sin embargo, la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz cree en el valor y en la fuerza de un compromiso concertado para combatir este flagelo y no puede dejar de exhortar a ello a la sociedad correntina.