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Con sindicatos y organizaciones sociales se realizó conversatorio sobre Fratelli tutti

Los días 17 y 22 de julio, de manera virtual, se realizó el conservatorio denominado “Fratelli Tutti – Sobre la fraternidad y la amistad social”, dirigido a Sindicatos, Organizaciones sociales y comunidad en general. Por iniciativa de CTA y ATE Corrientes junto a la Comisión Arquidiocesana de Justicia y Paz, el Obispo auxiliar, monseñor José Adolfo Larregain ofm, disertó sobre la encíclica del papa Francisco.

Entre algunos de los que participaron se encontraban referentes de los gremios Camioneros, Telefónicos, SUTECO, CTA, ATE, SADOP, OSECAC, CODIUNNE, SACRA, 62 Organizaciones; Movimientos sociales como C.C.C y Asociación Juan XXIII;  otros interesados y público en general.

En el primer encuentro, el día 17, se realizó un breve recorrido sobre los ocho capítulos que desarrolla el documento pontificio. Luego quedó abierto el espacio para preguntas y respuestas.

En el segundo encuentro, el día 22, se profundizó específicamente sobre los capítulos 5 y 6 cuyos títulos son: “La mejor política” y “Diálogo y amistad social”. Se siguió la modalidad del encuentro anterior.

Este conversatorio pudo seguirse a través de las páginas de Facebook: Arquidiócesis Corrientes y Ate Corrientes.

 

La iniciativa gremial

La propuesta hecha desde las Secretarías de organización y la de Juventud para hacer la presentación de la Encíclica a sindicatos y movimientos sociales, fue bien acogida por Justicia y Paz como un “humilde y sincero aporte de la Iglesia Católica local para quienes sirven al pueblo a través de la acción gremial y social”.

Estos espacios, se entiende desde Justicia y Paz, en línea con las palabras del papa Francisco. “hace falta pensar en la participación social, política y económica de tal manera que incluya a los movimientos populares y anime las estructuras de gobierno locales, nacionales e internacionales con ese torrente de energía moral que surge de la incorporación de los excluidos en la construcción del destino común y a su vez, es bueno promover que estos movimientos, estas experiencias de solidaridad que crecen desde abajo, desde el subsuelo del planeta, confluyan, estén más coordinadas, se vayan encontrando”, señala el Santo Padre.

El Papa, agradece a Dios que muchas agrupaciones y organizaciones de la sociedad civil ayudan a paliar las debilidades de la Comunidad internacional, su falta de coordinación en situaciones complejas, su falta de atención frente a derechos humanos fundamentales y a situaciones muy críticas de algunos grupos. Así, entiende, adquiere una expresión concreta el principio de subsidiarias, que garantiza la participación y las acciones de las comunidades y organización de menor rango, las que complementan la acción de estado. Muchas veces desarrollan esfuerzos admirables pensando en el bien común.

 

Reseña presentada

Durante la presentación hecha por monseñor Larregain, hizo una breve reseña de todos los capítulos de la Encíclica, aunque luego, profundizó más el contenido de los capítulos 5 y 6.

Al presentar el Capítulo 1, monseñor bosquejó  que éste “define la situación anterior a la pandemia. La pandemia hizo que se deprenda/caiga el maquillaje. La globalización del siglo XXI –tecnologías de la comunicación iban a hacer un mundo más solidario, conocer las reglas de todas partes, etc.- pero poco a poco resulta lo contrario: el mundo se empezó a cerrar, a poner más dificultoso para establecer relaciones fraternas. Por eso el título: Las sombras de un mundo cerrado. Ante esto viene la pandemia”.

Sobre el Capítulo “, el Obispo dijo que “con el título que hay un hombre caído, como en la parábola del samaritano, dice: un extraño en el camino. Tantos son los perjudicados en esta inseguridad social, a medida que parece que vamos camino a un desarrollo integral. Todos beneficiados según la explicación de algunos economistas pero sucede lo contrario. Se ahondan más la diferencias provocando abismos”.

En la reseña del Capítulo 3, dijo el Pastor que “el extraño en el camino nos obliga a pensar y gestar el mundo que queremos. ´un mundo abierto` en contraposición a un mundo cerrados. En lugar de cerrarnos, abrirnos, en ligar de pensar que yo me salvo solo, pensar que somos una familia, una fraternidad”.

El Capítulo 4, contó, nos invita a “preparar nuestro corazón, disponernos con esperanza al mundo abierto, fraterno, solidario; precisamente, con un corazón abierto al mundo”.

Sobre los Capítulos 5 y 6, que luego desarrolló más detenidamente, monseñor Larregain mencionó que interroga o hace pensar en “¿qué se necesita para este sueño de un mundo abierto, de un mundo de hermanos”, respondiendo, entre otras cosas, que se precisa “una política mejor”. A su vez, con “una mejor política nos preparamos/disponemos/facilitamos para un diálogo y amistad social”.

En el Capítulo 7, contó que el Papa invita a “propiciar caminos de reencuentro cuando todo el mundo se va cerrando internamente, incluso en los países; a reencontrarnos, volver a relacionarnos. Para eso, encontrar caminos”.

Finalmente, al reseñar el Capítulo 8, afirmó el Obispo que “las religiones debemos estar al servicio de la fraternidad. No pelear entre nosotros. Es increíble que se puedan producir guerras/enfrentamientos por motivos religiosos. Como ha sucedido en la historia muchas veces, como lamentaba Benedicto XVI. El papa Francisco dice: es la hora que las religiones ayuden para servir y crear la fraternidad en el mundo entero”.

 

Capítulos V y VI

Como se mencionó antes, monseñor Larregain, se explayó más extensamente sobre los Capítulos 5 y 6.

En el Capítulo 5, que tiene por título: “La mejor política”, dijo que el Papa “nos invita a entender la política como amistad social, un ejercicio del poder público sano e iluminado por la caridad capaz de incluir a todos y de tomar decisiones que pueden atentar contra los estándares de eficacia, pero que permiten lazos de fraternidad más sólidos entre todos.

La sana política que propone el Papa, explicó, “consiste en promover el bien de todos y facilitar el desarrollo de todas las esferas de la vida social y comunitaria, generando fuentes de empleo, propiciando oportunidades de crecimiento, velando por el acceso igualitario y equitativo a todos los servicios”.

Se entiende que “vivimos la amistad social, buscamos el bien moral, una ética social porque nos sabemos parte de una fraternidad universal. Estamos llamados al encuentro, la solidaridad y la gratuidad. Para un mundo abierto con el corazón abierto, hay que hacer la mejor política”. Es necesario, afirmó, “rehabilitar la política”.

Sobre la vocación del liderazgo político, señaló que “no hay que tenerle miedo, es una altísima vocación, una de las formas más preciadas de la caridad, porque busca el bien común”.

Detalló luego, las cinco secciones en las que se subdivide el Capítulo, “necesidad de la mejor política, los males de la política, puntos centrales que hay que proponer, presupuestos que han sido erróneos y provocan daños, y pensar en el futuro”.

Este Capítulo plantea a los que detectan la voluntad política (FT 197) que se preguntan: “¿Cuántos me aprobaron, cuántos me votaron, cuántos tuvieron una imagen positiva de mí?”, debería ser “¿cuánto amor puse en mi trabajo, en que hice avanzar al pueblo, que marca dejé en la vida de la sociedad, qué lazos reales construí, qué fuerzas positivas desaté, cuánta paz social sembré, qué provoqué en el lugar que se me encomendó?”     

En el sexto Capítulo, “Diálogo y amistad social”, monseñor Larregain compartió que el Papa “nos habla de la importancia del diálogo como herramienta de encuentro y respeto. Solo si somos capaces de escuchar la verdad del otro y respetando sus creencias podemos descubrir verdades que son atemporales y evidentes para todos en cualquier circunstancia. Nos invita, pues, a pasar de la falsa tolerancia al realismo dialogante”.  

Se plantea una “política pata el bien común y universal, política para y con el pueblo, es decir, popular, con caridad social que busca la dignidad humana y es ejecutada por hombres y mujeres con amor político que integran la economía a un proyecto social, cultural y popular. El diálogo es el camino para abrir el mundo y construir la amistad social”.



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