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El Obispo auxiliar presidirá la misa de la Jornada de Oración por la vida

El 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, se celebra el Día del Niño por nacer. El Obispo auxiliar presidirá, a las 20, la Santa Misa en la Iglesia Catedral. Previamente, en el atrio del templo, se rezará el Santo Rosario por la vida. En la eucaristía, se hará también la Consagración de la humanidad, y especialmente de Rusia y Ucrania, al Inmaculado Corazón de María. El secretariado de la Pastoral Familiar de la Arquidiócesis, organiza esta Jornada de Oración por la vida, en comunión con todas las Iglesias particulares del país. Esta celebración está iluminada por el lema: “Abrazar la Vida con ternura y misericordia”. A las 19, se rezará en el atrio del templo en Santo Rosario por la vida. A las 20, monseñor José Adolfo Larregain presidirá la eucaristía. En ese marco, se dará una bendición especial a las madres embarazadas. En adhesión al Santo Padre que hará al final de la Misa que presidirá en la Basílica de San Pedro, en la tarde del viernes 25 de marzo la oración de Consagración y encomienda de la humanidad, y especialmente de Rusia y Ucrania, al Inmaculado Corazón de María, en cada parroquia de la Arquidiócesis se rezará la misma oración consagratoria. La liturgia común que se rezará, tendrá puesta su mirada en la celebración de la vida, en el marco del Día del Niño por nacer. En relación a esta Jornada nacional de oración por la Vida, desde la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia, afirman que “hoy más que nunca la realidad exige que nos adentremos, sin miedo, en la totalidad de la existencia humana que se abre camino en distintos contextos y circunstancias, atravesando diversos desafíos, etapas y experiencias”. Y asumen que “queremos mirar de frente toda esta realidad, ciertamente compleja, pero también queremos volver a admirar la belleza de la vida y la obra de Dios en cada corazón humano”. Hacen una invitación a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a “mirar a nuestra Madre, la Virgen María, y descubrir el camino como Iglesia para asumir este desafío para la evangelización y la pastoral”. El Papa Francisco, señalan, lo expresa con claridad y sencillez: “Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes” (EG 288). Esta invitación del Papa debemos renovarla y recrearla ante los acontecimientos que nos rodean, en particular para poder abrazar con ternura y desde la Misericordia la Vida del niño por nacer y de la mamá. Hay además un anhelo, de que “la celebración de la Anunciación y del Día del Niño por Nacer sea una ocasión para que cada una de las comunidades diocesanas y parroquiales, sumergidas en profunda oración y en torno a la Eucaristía, nos anime para fortalecer y recrear una Pastoral del Cuidado de la Vida Naciente y la Maternidad acogiendo, acompañando y abrazando a la mujer madre en su realidad, sea cual sea”. Ante los temores y dificultades que podamos encontrar en este camino, expresan, “hagamos nuestras también las palabras del Ángel que la Virgen María recibe y anida en su Corazón: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti” (Lc 1,35)”.



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