PRENSA > NOTICIAS

Un Encuentro vivido en familia, junto a los jóvenes y con el desafío de preparar una nueva Asamblea Diocesana

Se vivió ayer el Encuentro del Pueblo de Dios, más precisamente, la edición número 26 de esta jornada que reúne a los fieles de toda la Arquidiócesis. No se trata de un taller, de una asamblea o seminario, simplemente, es un acontecimiento en el que personas de todas las edades se reúnen para disfrutar de la alegría de sentirse familia, de sentirse hermanos. En este contexto de familia, el Arzobispo convocó oficialmente a una nueva Asamblea Diocesana, que comenzará a rezarse, vivirse y prepararse el próximo año.

 

En esta oportunidad, la charla compartida fue en torno a mirarse como “Iglesia sinodal: nos escuchamos con los jóvenes”. Precisamente, la presencia de numerosos jóvenes, participantes e involucrados en la organización, fue destacada y significó un aire refrescante que carga de esperanza la vida de este pueblo que peregrina en Corrientes.

 

Desde muy temprano, las delegaciones de las cincuenta parroquias que conforman la jurisdicción diocesana fueron llegando al Colegio Pío XI donde fueron recibidos con alegría y música; y el infaltable mate cocido con tortas fritas.

 

El ingreso de la réplica de la Cruz de los Milagros y la imagen peregrina de la Virgen de Itatí, los dos amores del pueblo correntino, marcaron el puntapié inicial de la jornada.  Como siempre, el Encuentro comenzó frente a Jesús Sacramentado. El rezo de laudes ante el Santísimo, no sólo implica estar ante el centro y culmen de la fe: la eucaristía, sino también, estar unidos a toda la Iglesia a través de la oración de la Liturgia de la Horas.

 

Monseñor Andrés Stanovnik fue quien luego dio la bienvenida, expresó la alegría que significa que como Iglesia, tras dos años tan difíciles, se pueda volver a disfrutar del “encontrarse”, del estrecharse en abrazos de hermanos; e invitó reflexionar juntos sobre la “escucha” y sobre el “rol protagónico” que tienen los jóvenes.

 

Tras la oración, se vivió uno de los momentos más ricos de cada Encuentro, la charla en los grupos de trabajo. Se utilizaron como disparadoras, las tres preguntas a las que se fue invitando en los días previos a que cada uno fuera respondiendo, desde su lugar en la Iglesia (¿Qué aspectos tenemos para agradecer en la experiencia de la escucha? ¿Con qué dificultades nos encontramos a la hora de escucharnos?¿Qué deberíamos mejorar para escucharnos?).  

 

Decenas de grupos, integrados por personas de distintas edades, realidades sociales y eclesiales, pudieron “escucharse” y compartir su mirada sobre esta Iglesia que quiere afianzar su espíritu sinodal y garantizar la participación de los jóvenes.

 

Después de compartir el almuerzo, se pudo disfrutar de un pintoresco y creativo desfile. Se trató de la propuesta hecha por la parroquia Jesús Misericordioso que presentó su Bibliódromo. Con carrozas, muñecos y niños, adolescentes, jóvenes, adultos, abuelos caracterizados, fuero recreando distintos pasajes bíblicos.

Una forma distinta de recorrer escenas de la historia del Pueblo de Dios que fue recibida con mucha alegría por los participantes del Encuentro que agradecieron con aplausos la propuesta.

El Encuentro se cerró con la celebración de la Santa Misa. Monseñor Stanovnik  presidió la eucaristía y en su mensaje destacó que se haya podido charlar sobre “cómo venimos caminando juntos y cómo deberíamos hacerlo mejor, nos hemos preguntado, ante todo, qué experiencia tenemos de escucharnos unos a otros y, en particular, cómo nos escuchamos con los jóvenes”.

Un punto destacado de su homilía fue la convocatoria formal a la celebración de una nueva Asamblea Diocesana. Sería la segunda de la Arquidiócesis. Al respecto dijo: “hoy los convoco y animo a una próxima Asamblea Diocesana, para discernir cuáles son las áreas pastorales prioritarias sobre las que necesitamos profundizar más nuestro “caminar juntos”, y qué orientaciones concretas deberíamos establecer para hacer realidad una mayor comunión, participación y misión de toda la Iglesia arquidiocesana. Para ello, así como lo hemos realizado hace ocho años con la “Iniciación Cristiana, una iniciación a la comunión y a la misión” vamos a empezar a prepararnos para la Asamblea Diocesana sobre la sinodalidad, como un camino juntos y abiertos a la misión”.