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El Arzobispo aseguró que el pueblo correntino es peregrino y sabe cuál es la meta

El Arzobispo de Corrientes invitó a los fieles a ir con fe hacia el Santuario de San Cayetano el próximo domingo en el marco de la 37º Peregrinación de los trabajadores y sus familias. Él dará la bendición de inicio y caminará hasta el templo, reeditando lo considera parte de la identidad del pueblo correntino, “el peregrinar”.

Monseñor Andrés Stanovnik participó de la presentación del dispositivo de seguridad, tránsito y sanidad que se organizó de forma conjunta con distintas fuerzas provinciales y municipales. La caminata se iniciará a las 7, en la Rotonda de la Virgen de Itatí. La Misa de los trabajadores que presidirá el Pastor en el Santuario se oficiará a las 11.   

Ante representantes del municipio de Riachuelo, de la Policía de la Provincia, Defensa Civil y del área de Salud provincial, el Arzobispo destacó la “convergencia de escuerzos” que asegura “un camino cuidado a lo largo de toda la peregrinación”. Y es, dijo, “una señal muy fuerte para nuestra convivencia social, que va mucho más allá de lo puntal que en este caso es una peregrinación. Basta con que pongamos esta experiencia de convergencia de esfuerzos en vistas a la peregrinación, en el caos social y político que estamos viviendo en vistas de las próximas elecciones. Por lo que me parece importante destacar este camino conjunto”.

Sobre el signo de fe que implica peregrinar, monseñor Stanovnik mencionó que “el ser humano peregrina hace varios milenios. Es propio de la condición humana peregrinar. Es decir, ponerse en camino”. Y qué significa ponerse en camino, es “dejar el lugar, dejar lo seguro y aventurarse a horizontes nuevos. Eso es muy propio del ser humano en todas la culturas”, explicó.

Si se lo mira desde la religión judeo-cristiana, expresó, “sabemos que el primer registro histórico que tenemos es el de Abraham. Cuando Dios llama a esta tribu presidida por Abraham y este hombre escucha de parte de Dios esa frase que lo invita a salir de su tierra: `Sal de tu tierra a un país que yo te mostraré´, y Abraham parte en peregrinación”. Con esto, dijo, “lo que quiero resaltar es que cuando uno tiene una experiencia de peregrino y, respondiendo a esa voz interior que es la voz de Dios, nos permite en ese tiempo, en este caso en esas tres o cuatro horas que peregrinamos, pensar nuestra vida. Es decir, hacia dónde caminamos en lo ordinario de la vida, cuáles son nuestros valores, por qué nos movemos, qué hay en lo más hondo de nuestros corazones”.

Para monseñor Stanovnik, esta expresión de la condición humana de peregrinar en la fe, “nos permite poner las cosas importantes en su lugar. Es como un período, si bien es breve no por eso menos intenso, de renovar nuestra fe en Dios; de darnos cuenta, en definitiva, que Él es lo más importante”.

Si bien, agregó, caminamos hacia el santuario de San Cayetano, y decimos “vamos a honrar al Santo, vamos a pedirle y agradecerle, lo cual está muy bien; lo más importante es que San Cayetano nos indica que la meta no es él, la meta es Dios. Ese Dios que San Cayetano tiene en sus brazos, no es un Dios lejano, desconocido, es un Dios que se posó en nuestras manos. Se acercó de tal manera, que se dejó abrazar y nos llama para que nosotros también experimentemos el abrazo de Él”.

Entonces, agregó, “el peregrino cuando parte, en este caso concreto desde la rotonda del Virgen, sabe hacia dónde va, ¿por qué?, porque parte ya desde una experiencia de fe. El peregrino cuando peregrina se sabe amado por Dios; y sabe, cuando se pone en camino, que no va a ser abandonado por él, que lo acompaña. Y eso se traslada a la vida de todos los días”.

En se sentido, dijo, “me parece muy lindo el lema de esta peregrinación, "junto a San Cayetano, caminamos en la fe", es decir, San Cayetano nos permite caminar en la fe, el ejemplo de él, la intercesión de él”. Entonces, “me parece una gracia muy grande aquí en Corrientes teniendo en cuenta la peregrinación a San Cayetano, esta condición de peregrinos que marca la identidad del correntino”. El correntino es peregrino, afirmó, “lo expresa en la precesiones patronales con un entusiasmo extraordinario, lo expresa yendo a Itatí, a Santa Ana y ahora a San Cayetano. Eso significa que cultural y espiritualmente tenemos una fuerza interior muy grande, porque sabemos a dónde vamos; aun cuando después nos peleemos un poco y nos desencontremos, pero tenemos muy arraigada la meta”.

Agradeció y todos, y en especial a Dios, por todo el esfuerzo que se ha puesto en esta peregrinación  “para que cada peregrino, cada peregrina pueda vivir la experiencia del peregrino junto a  San Cayetano, caminando en la fe”.



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