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Reflexiones Pastorales de los Obispos del NEA al pueblo de la Región
retorno en lo que se refiere al cambio climático y a fenómenos extremos, que dañan poblaciones y cultivos. Algo de ello, penosamente, entre nosotros se está dando. Percibimos en nuestro país, y particularmente en nuestra zona, una conciencia y un compromiso muy débiles, tanto en lo que hace a la ecología doméstica, como a las políticas de estado, que no garantizan las medidas adecuadas para proteger los territorios y a sus habitantes de la deforestación, los monocultivos y la contaminación de las aguas, siendo especialmente afectados los pequeños campesinos, los chacreros y los miembros de los pueblos originarios.4
voluntad arbitraria de los hombres”10. Al cabo de estos años, es bueno que nos preguntemos cuál es el estado de salud de la división de poderes en nuestros gobiernos locales, provinciales y, por extensión, a toda la Argentina. Garantía de una democracia saludable es el compromiso ético de quienes son electos para cargos legislativos y ejecutivos y, sobre todo, la independencia y eficacia del Poder Judicial, como también la honestidad de quienes lo componen. Estos principios indispensables conjuran toda forma de abuso de poder y de corrupción, de maltrato y agresión.
16. Estamos convencidos de que uno de los pilares de la convivencia democrática es una sana concepción de la libertad. Todos tenemos la capacidad para elegir. Es verdaderamente libre quien elige el bien sin condicionamiento. Un pueblo es libre cuando se dan las condiciones necesarias para que todos puedan vivir dignamente, comenzando por los más vulnerables. Es este uno de los aspectos fundamentales de la justicia social. Los sistemas estatistas y populistas tienden a sofocar la libertad de las personas, generando dependencias nocivas, aumentando progresivamente los controles del Estado y poniendo la economía al borde del colapso. Pero la solución de este drama no pasa por la apertura indiscriminada y anárquica de los mercados, donde siempre termina perdiendo quien menos posibilidades tiene. Ni el paternalismo exagerado ni la ausencia de una regulación fundamental aseguran una auténtica libertad.
17. En este contexto, adquiere un particular protagonismo la libertad de expresión. De ahí la importancia de los medios de comunicación para la construcción de la cultura del encuentro. “Es necesario asegurar un pluralismo real en este delicado ámbito de la vida social, garantizando una multiplicidad de formas e instrumentos en el campo de la información y de la comunicación, y facilitando condiciones de igualdad en la posesión y uso de estos instrumentos mediante leyes apropiadas”11. En estos años de democracia el rol crítico de los hombres y mujeres de la comunicación ha sido clave; sin embargo, la subordinación a intereses económicos, ideológicos o políticos, la concentración en manos privadas o del Estado han conspirado, frecuentemente, contra la verdad y el interés general.
18. Las redes sociales, por su parte, constituye un verdadero desafío. Por un lado, permiten la interacción de las personas y, por otro, generan interrogantes inquietantes; las falsas noticias, el anonimato, la agresión, publicaciones nocivas, la pornografía, el fanatismo político o el fundamentalismo religioso dañan el tejido social. Todo comunicador tiene una irrenunciable dimensión ética y no pueden sustraerse a la pregunta por la verdad, la justicia y su responsabilidad en la construcción del bien común. Debe colaborar a la promoción de la cultura y del nivel educativo del pueblo. Es necesario que estos medios tecnológicos estén al alcance de todos y permitan a la gente participar activamente en el ejercicio de su libertad. Urge una regulación del uso de las redes, siguiendo el respeto por el otro y el cuidado de su intimidad.
19. Temas como la interpretación de la historia, la urbanización, la globalización, el relativismo ético, la reducción de la natalidad y la concentración demográfica, la prevalencia de intereses sectoriales menores por sobre el bien de todos, son indicadores que generan un duro debate cultural. Cabe acotar que, además, es visible la intencionalidad de desplazar a la Iglesia de este
terreno; sin embargo, sigue siendo en los lugares más remotos del planeta, y desde los orígenes de nuestros pueblos, motor e impulsora de una cultura humanista integral12.
20. Más que un debate, estamos ante una verdadera crisis cultural. Este diagnóstico puede generar un oscurecimiento de la conciencia y la incapacidad para ver claro y discernir lo más apropiado. Aún más si desaparecen referencias objetivas, dando lugar a visiones incompatibles entre sí, o reñidas con una sana concepción de la creación, del ser humano y de la historia.
21. Es cierto que la sensibilidad por el respeto a las diferentes culturas es un valor, y la interculturalidad una práctica saludable. Interculturalidad implica respeto, escucha, diálogo, tolerancia, sana convivencia, intercambio fecundo. Esto vale también para nosotros. Es reconocido que Argentina es un crisol de razas y de culturas, algo especialmente visible en algunas zonas de la región. Nuestra historia es expresión de una rica convivencia y de intercambio entre las culturas originarias con las diferentes oleadas de inmigrantes. Más allá de sus luces y sombras, de sus logros y sus equivocaciones; sin embargo, ha generado símbolos identitarios sólidos y populares, en el campo de la cultura y de la fe. No obstante, los aspectos positivos señalados, experimentamos que una de las peores crisis que vive la Argentina es cultural.
22. En este marco, preocupa el desinterés por la educación, que ha sido y es uno de los grandes motores del crecimiento de la Patria. A su nivel frecuentemente desparejo y deficitario en lo que se refiere a contenidos, se suma la incidencia de ideologías foráneas, que se alimentan de visiones pseudo progresistas, con programas de adoctrinamiento, que nada suman a un discernimiento serio para clarificar quienes somos y hacia dónde queremos ir. La manipulación de la educación es un mal a erradicar. Es necesario comprometerse para revertir este proceso.
23. A la interculturalidad se corresponde la inculturación del Evangelio, tanto a nivel personal como social, siguiendo la dinámica de la Encarnación y de la Pascua. Somos los bautizados, discípulos misioneros de Jesús, quienes tenemos la misión de fecundar la historia y las estructuras sociales con la visión del Evangelio. Laicos y consagrados estamos urgidos a caminar de un modo sinodal en nuestras diócesis, para ofrecer una formación estable sobre la Doctrina Social de la Iglesia, que es necesaria para que el Evangelio pueda hacerse cultura. El acompañamiento de la Piedad Popular es otra práctica que no podemos descuidar porque favorece la incorporación de los rasgos propios del caminar de nuestro pueblo creyente.13
24. “Jesús no anula los tiempos difíciles. Tampoco los hace fáciles. Simplemente los convierte en oportunidad. Hace que en ellos se manifieste el Padre y nos invita a asumirlos en la esperanza que nace de la cruz”14, son palabras del recientemente beatificado cardenal Eduardo Pironio. Para nosotros, esa esperanza tiene un rostro: Jesús de Nazareth. Él no se desentiende de nuestras luchas y anhelos; los hace suyos y, caminando con nosotros, nos ayuda a ser artesanos de fraternidad. Es la gran esperanza que queremos compartir.
25. Pocos meses atrás asumieron las nuevas autoridades elegidas por el pueblo. Su responsabilidad es grave, habida cuenta de la actual crisis económica, moral y cultural. Los
católicos no pretendemos más que sumar nuestra voz a las de todos los que se hacen oír en el espacio público para buscar el bien común. El humanismo cristiano, esperanzador y optimista, ha ayudado a construir la Argentina. Nuestra zona es un ejemplo elocuente de ello. Lo ha hecho junto con otras tradiciones religiosas y culturales presentes en el generoso espacio de la Región.
26. Como obispos del NEA, nos ha parecido oportuno recordar algunas verdades, valores y actitudes que sostienen la delicada arquitectura de nuestra democracia; también algunos aprendizajes que hemos hecho en estos años. No se nos ocultan los problemas que arrastramos, ni tampoco el miedo y el desaliento que generan. Por eso, con el Papa Francisco alentamos que se afiance la “mejor política” al servicio de la amistad social y la fraternidad.15 Vale la pena, como hace cuarenta años, apostar por el futuro de nuestra región y de la Argentina toda. Nos sentimos responsables de seguir haciendo fecunda esa presencia de la fe cristiana en el presente y el futuro de la Argentina.
27. En sintonía con lo heredado, deseamos una profunda experiencia de humanidad para las provincias de nuestra región que el Señor nos ha confiado acompañar. Es posible un ejercicio más fecundo de la democracia, que consiste en una mayor libertad de expresión y participación, en una sana alternancia en el ejercicio del poder, en una lucha más efectiva contra la corrupción y el narcotráfico, en políticas de promoción más vigorosas, que ayuden a salir de la miseria y la indigencia a grandes masas de pobres, que subsisten en regiones despobladas o en los cordones urbanos de nuestras ciudades. Como lo decía el recordado P. Julián Zini16, poeta y profeta de nuestro pueblo, es cuestión de “juntarse y arremangarse”,
28. En la imagen de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí, la identidad de los habitantes de nuestra zona se ve reflejada y recreada. Cada visita a su Santuario, a orillas del Río Paraná, nos emociona y nos impulsa a una nueva vida. Es por eso que, en este hora difícil y decisiva que vivimos, los obispos de la Región, rezamos junto a tantos peregrinos: “Tiernísima Madre de Dios y de los hombres que, bajo la advocación de la Pura y Limpia concepción de Nuestra Señora de Itatí, miraste con ojos de misericordia, por más de cuatro siglos, a todos los que te han implorado…”. También hoy nosotros te suplicamos, para que nos ayudes a encontrar en Tu Hijo Jesucristo, “camino, verdad y vida” (Jn 14,6), la mejor senda para transitar este tiempo con dignidad, respeto, fraternidad y paz.
Mons. Ramón Dus, Arzobispo de Resistencia, Mons. Andrés Stanovnik, Arzobispo de Corrientes, Mons. José Vicente Conejero, Obispo de Formosa, Mons. Hugo Barbaro, Obispo de Presidencia Roque Sáenz Peña, Mons. Juan Martínez, Obispo de Posadas, Mons. Damián Bitar, Obispo de Oberá, Mons. Adolfo Canecín, Obispo de Goya, Mons. Ricardo Faifer, Obispo emérito de Goya, Mons. Ángel José Macín, Obispo de Reconquista, Mons. Nicolás Baisi, Obispo de Puerto Iguazú, Mons. José Adolfo Larregain, Obispo auxiliar de Corrientes, Mons. Gustavo Montini, Obispo de Santo Tomé.
Santo Tomé (Corrientes), 29 de febrero de 2024.
Notas:
1 122ª ASAMBLEA PLENARIA DE LA CEA, A cuarenta años de la recuperación de la democracia renovamos la esperanza, 26 de abril de 2023.
2 Los obispos hemos intentado acompañar el camino de nuestra democracia con diversas intervenciones: la transición, su consolidación, sus distintos momentos de crisis hasta los tiempos actuales. Con silencios, palabras y gestos, hemos trabajado por comprometernos con nuestro pueblo, sabiendo que aún nos falta afianzar nuestro ministerio profético.
3 FRANCISCO, Laudato Si´, 142.
4 Cf. FRANCISCO, Laudato Si’ 2015; Laudate Deum 2022.
5 CEA, Iglesia y comunidad nacional, 29.
6 Ídem 114. Esta consideración es especialmente válida para nuestra región, que tiene sus particularidades y originalidades con un gran potencial de humanización.
7 Cf. CEA, Iglesia…, 109.
8 ENCUENTRO INTERELIGIOSO, Declaración Conjunta por un Diálogo Responsable y Comprometido, 22 de agosto de 2023.
9 FRANCISCO, Evangelii Gaudium, 236, “El modelo es el poliedro que refleja la confluencia de todas las parcialidades que en él conservan su originalidad”.
10 JUAN PABLO II, Centessimus Annus, 46.
11 CEA, La Iglesia católica y la reforma constitucional, Aporte de la CEA, I.
12 Un ejemplo de ello en nuestra región, han sido las misiones jesuíticas (siglo XVII).
13 Cf., OBISPOS NEA, La piedad popular en la región del Noreste Argentino. Algunos aportes y orientaciones sobre el fenómeno de la “Cruz Gil” y otras manifestaciones análogas, 2020.
14 EDUARDO PIRONIO, Meditación para tiempos difíciles, 1977.
15 FRANCISCO, Fratelli tutti, 154. El capítulo Vº de la encíclica está dedicado al tema de la “mejor política puesta al servicio del verdadero bien común”.
16 P. JULIÁN ZINI, Neike Chamigo.